El ejercicio 2012 pasará a la historia portuaria de España por ser el año en el que las empresas estibadoras y los trabajadores de los tres principales puertos españoles, Bahía de Algeciras, Valencia y Barcelona, pusieron en marcha medidas necesarias de ajuste para avanzar en una rebaja de los costes de manipulación del negocio del contenedor. El espíritu negociador de grupos como Noatum, Maersk, Hanjin, MSC, Hutchison o la española TCB está siendo clave en este aspecto, bajo la estela de la patronal del sector, Anesco y el notable paso adelante que en negociación está ofreciendo el principal sindicato de la estiba, Coordinadora, junto con la “presión” de las autoridades portuarias respectivas. Hoy acordar un marco laboral sano es clave para abordar el mercado naviero con garantías de éxito y atraer nuevos volúmenes de tránsito que aseguren la conectividad de nuestras dársenas y con ello, un coste más reducido a los contenedores de importación y exportación.
A un primer acuerdo en la estiba de Barcelona, en junio se ha sumado Valencia, que empezará a elaborar un nuevo convenio que aminore los costes de la dársena, y próximamente Algeciras. En el caso del puerto andaluz, de prosperar con éxito las negociaciones, la dársena recibirá una inversión de 200 millones de euros de la surcoreana Hanjin para ampliar su actual terminal semiautomatizada. España se ha asegurado, en pocos años, a los grandes de la industria del contenedor que han invertido cerca de 2.000 millones de euros en asegurar su posición estratégica en el sur de Europa. Ahora sólo queda que gracias a ellos, España fidelice la gran volatilidad de las navieras. Es el reto.
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