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Histórica caída de matriculaciones de camiones en Europa

El fuerte descenso podría acelerar el cambio de ciclo tecnológico y la transformación del sector hacia la transición energética.

Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), durante el primer cuatrimestre de 2020, las matriculaciones de vehículos pesados en la Unión Europea cayeron un 35,4 por ciento para los camiones de más de 16 toneladas de MMA y un 33 por ciento para los de 3,5 a 16 toneladas.

Las matriculaciones han caído a niveles nunca vistos.
Las matriculaciones han caído a niveles nunca vistos.

El mes de abril, cuando se generalizó el cierre industrial y económico a escala global, fue especialmente duro y las matriculaciones de camiones de más de 16 toneladas cayeron un 58,5 por ciento y un 54,48 por ciento la de los vehículos entre 3,5 y 16 toneladas. Estos dos segmentos del vehículo industrial representaron la matriculación de 64.456 y 79.954 vehículos, respectivamente. 

Diferentes analistas, como el Observatoire du Véhicules Industriel, de Francia, ya previeron en 2019 una bajada importante de la matriculación de vehículos industriales en 2020 sin embargo, el descalabro que ha provocado el Covid-19, está haciéndose replantear el futuro inmediato a las 31 plantas de vehículos pesados que existen en Europa, según la ACEA. 

Mientras tanto, la industria europea cuenta con las ayudas estatales y paraestatales para superar la crisis económica y se espera que la CE apruebe en breve un programa europeo de ayuda a la renovación de la flota de vehículos pesados con primas de hasta 15.000 euros por vehículo siempre que se dé de baja unidades de mecánicas Euro 3, 4 y 5, con motores de última generación. 

La situación crítica está provocando que se aceleren tres tendencias ya observadas con anterioridad como es la implicación de los gobiernos en la industria con inyecciones fuertes de capital, con cambios de criterio para las concentraciones; la aceleración de un cambio de modelo para la energía del transporte terrestre como la moratoria al diésel de última generación, las aportaciones estatales para liderar tecnologías como el hidrógeno o, por último, la aceleración de un cambio en el uso de los vehículos pesados, como puede ser que los fabricantes o intermediarios sean los propietarios de los vehículos y los transportistas los alquilen con diferentes sistemas de uso.

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