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‘Just-in-time’

La salida del confinamiento se ha convertido en una aventura en la que es casi segura una recaída

Nadie mejor que proveedores y transportistas para saber la importancia de llegar a tiempo, de estar en el lugar preciso a la hora precisa. Algo que ha cobrado un valor decisivo en el caso de la pandemia. Precisamente, porque el sistema ha fracasado a la hora de respetar esa norma.

Comparemos nuestro caso con el de dos naciones que sí lo consiguieron, Taiwán y Alemania. El primero reaccionó tan pronto como el 31 de diciembre y Alemania no después del 27 de enero. Eso significaba que pudieron contar con los equipos necesarios para lanzar test masivos y desarrollar labores de rastreo. Trataron de romper la cadena de transmisión detectando a los contagiados y siguiendo sus desplazamientos. Lo pudieron hacer porque todavía eran pocos y el sistema contaba con el personal adecuado. Ventajas de hacer las cosas a tiempo.

Mientras tanto, España, cuyo sistema sanitario no estaba preparado, se encontró con un panorama totalmente distinto cuando decretó el estado de alarma, no antes del 15 de marzo.

Se había perdido un tiempo precioso. Para entonces el problema ya estaba muy avanzado. Bastante hicieron con evitar el colapso de los hospitales. No se hicieron test o los hicieron demasiado tarde. Del rastreo, mejor no hablar.

Es así como no pudieron defenderse a sí mismos (51.000 sanitarios contagiados) ni proteger al principal grupo de riesgo, los mayores de edad.

A partir del error inicial, todo funcionó con el pie cambiado. Ahora, desconociendo la magnitud del problema, sobre todo el número de contagiados asintomáticos, la salida del confinamiento se ha convertido en una aventura en la que es casi segura una recaída.

Los resultados conseguidos exhiben diferencias dramáticas. Taiwán ha sufrido seis muertes en un país de 23 millones, Alemania, poco más de 5.000 muertos (en un país de 86 millones). España rebasará con seguridad las 45.000 muertes con una población de 46 millones. Una de las tasas de mortalidad por habitante más altas del mundo.

Un fracaso épico por actuar tarde y no reaccionar a tiempo. Por no respetar el just-in-time.

Antxon Pérez de Calleja

transporte@grupoxxi.com