Opinión  | 

La cadena de suministro

Axel Schmidt. Senior Communications Manager de ProGlove

A pesar de los temores de que millones de trabajadores puedan verse desplazados por los avances tecnológicos de la robótica y el ‘machine learning’, estamos viendo todo lo contrario. Según un reciente informe de Manpower, 6 de cada 10 empresas españolas tienen dificultades para encontrar el talento que necesitan, la mayor cifra de los últimos 15 años

La tecnología aplicada a la cadena de suministro, como vimos en 2020, ha permitido que las líneas logísticas sigan funcionando a pesar de los graves problemas de funcionamiento provocados por los brotes de la COVID-19 y los cierres forzosos.

Gracias a las tecnologías wearables, como los escáneres de códigos de barras, y a las aplicaciones que hacen un seguimiento de la eficiencia de los operarios para ayudarles a mejorar su rendimiento, estamos asistiendo a una especie de revolución de los trabajadores en el espacio industrial. Es decir, los trabajadores conectados al IoT son más importantes que nunca para ayudar a que los almacenes y las cadenas de suministro funcionen lo mejor posible.

No estamos ni mucho menos en el punto de automatizar toda la industria. Y, a pesar de la escasez de mano de obra en determinados campos, unos trabajadores más eficientes pueden ayudar a las empresas a sortear las dificultades. Con el equipo adecuado de tecnología complementando a los trabajadores, estos pueden hacer más con menos. Hay formas en que los responsables de planta y los directores de fabricación pueden aprender de la pandemia para estar mejor preparados ante la próxima disrupción que inevitablemente llegará, al tiempo que aseguran a los trabajadores que sus puestos de trabajo no serán automatizados. Estos dos componentes nos llevarán al siguiente nivel de uso de la tecnología de automatización en la fabricación.

Tecnología inteligente
Utilizando un ejemplo histórico, si un herrero está más familiarizado con las herramientas de su oficio, tendrá menos problemas si tiene que fabricar muchas más espadas o herraduras de lo habitual. Al igual que en el mundo de la fabricación actual, si los trabajadores no se sienten completamente cómodos con las herramientas o la tecnología que emplean, no podrán mantener el ritmo -o recuperar el ritmo- de la demanda. Es crucial familiarizar a los trabajadores con las máquinas que van a utilizar.

Los trabajadores de la planta no tienen que comprender necesariamente la tecnología que hay detrás de, por ejemplo, un dispositivo wearable, pero deben entender el beneficio de los datos que recoge. Porque los datos tienen el potencial de liberarles de cualquier carga superflua al tiempo que contribuyen a optimizar sus acciones del día a día.

Los wearables ayudan al trabajador conectándolo al IoT. Los dispositivos conectados pueden proporcionar información relevante a los responsables de la planta que les ayude a generar información procesable sobre los procesos y el flujo de trabajo. La digitalización de la industria de fabricación con la combinación adecuada de wearables y software integrado construye una especie de gemelo humano-digital en el sentido de que se refuerza a los trabajadores, y los metadatos recogidos de las tareas que realizan pueden ayudar a la dirección a perfeccionar los procesos y conseguir un entorno más eficiente. Sin embargo, lo que realmente destaca es que esta idea permitirá describir la realidad de la planta de producción en lugar de un escenario ideal en el país de nunca jamás.

Por otro lado, hay que hacer hincapié en que la seguridad ayuda a los empleados a sentirse más cómodos en el trabajo. La tecnología que da prioridad a los trabajadores se diseña pensando en ellos: Debería promover la seguridad del operario porque está diseñada pensando en la persona. Un ejemplo de ello es la tecnología orientada a la ergonomía de los trabajadores que la utilizan. Esto es cada vez más necesario para amortiguar la futura escasez de profesionales cualificados y debería ser aprovechado por los directores de taller.

Automatización
Los trabajadores de almacenes y fábricas se están convirtiendo en gemelos humanos-digitales con dispositivos aumentados y conectados que les ayudan a aumentar su eficiencia. Estos dispositivos se centran en amplificar las capacidades del trabajador humano. En cierto sentido, empodera al operario al hacer su trabajo más eficiente y racionalizado y ayuda a los directores de planta a recopilar datos para reconocer las prácticas eficaces y abordar las áreas con mayor rendimiento o mejora.

Sencillamente, el temor a que las máquinas o los robots sustituyan a millones de personas en el trabajo de fabricación no es real. El listón se ha elevado; se ha establecido un nuevo estándar industrial. En cierto sentido, la tecnología aumentada y la IA abren la puerta a nuevas oportunidades para los trabajadores al ampliar sus funciones. Pueden hacer más con el tiempo que han ahorrado. Como resultado, el empleado se vuelve más valioso cuando hay escasez de mano de obra cualificada.

Las tecnologías wearables en combinación con el software y la tecnología de la propia planta pueden ayudar a potenciar a los trabajadores y llevar a la dirección a mejorar los sistemas ya implantados. Esto libera al empleado para que pueda realizar más tareas y fomenta la seguridad y el bienestar de los operarios. Las anteriores revoluciones industriales dejaron atrás a los trabajadores. Sin embargo, esta nueva era digital nos brinda la oportunidad de poner a las personas en el centro.