El Comité Nacional del Transporte por Carretera, condenado desde hace tiempo a morir de inanición, tiene los días contados. Por lo menos, en su actual concepción. Y es que el nuevo Reglamento de la LOTT, en el que ya se está trabajando, afectará a su regulación. Sólo falta saber hasta dónde está dispuesto Fomento a meter el bisturí, teniendo en cuenta que ya le va bien como está. De momento, la última renovación de este órgano de interlocución sectorial, que se realiza cada cuatro años, muestra escasas variaciones.
Pese a los movimientos asociativos de calado que ha vivido la carretera en los últimos 20 años, como la escisión de los transportistas de internacional de la patronal CETM o la eclosión de los operadores logísticos, por citar sólo algunos ejemplos, la fotografía del sector permanece fija. Es “más de lo mismo”, aunque tampoco se pueden esperar grandes cambios, ya que el proceso de renovación del Comité Nacional está viciado de inicio.
En primer lugar, porque se permite que una misma empresa pueda delegar su representatividad a varias organizaciones, lo que distorsiona la realidad. Y en segundo lugar, porque se trata de un ‘comité de transportistas’, en el que el resto de organizaciones va de acompañantes. Una cuestión nada baladí, que choca con el mensaje de Fomento, que quiere poner en valor la logística como factor de competitividad de las empresas e, incluso, ha anunciado la elaboración de una ley específica para regular esta actividad.
La pregunta es obligada: ¿Será capaz la ministra Pastor de llevar al Comité Nacional esa visión transversal del transporte, en el que la logística cobra cada vez mayor protagonismo, o este órgano consultivo seguirá siendo un totum revolutum, dominado por los transportistas, que no refleja la realidad del mercado? Urgen cambios si de verdad se quiere ventilar la casa para que entre una bocanada de aire fresco. Veremos si llegan o si todo continúa siendo “más de lo mismo”.
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