Medio centenar de agencias de la paquetera se agrupan para reclamar las cantidades que se les adeudan y coordinar la defensa legal ante reclamaciones por reembolsos.
Qualys 360 ha aguanto sólo cinco meses en el mercado, víctima de problemas económicos. En torno a medio centenar de agencias que formaban parte de la red de la paquetera se han agrupado para reclamar las cantidades que se les adeudan, así como coordinar la defensa legal ante posibles reclamaciones por reembolsos
Qualys 360, la marca comercial con la que salió finalmente al mercado en febrero el proyecto que hasta ese momento había promovido la sociedad Siltycom bajo el nombre de Mensajero Directo, cesó actividad de forma repentina el pasado 8 de julio. Ese mismo día, mediante una escueta comunicación “por vía telefónica” a las más de 200 agencias locales con las que trabajaba, Qualys 360 anunciaba “el cese temporal de las rutas nacionales” que venía gestionando, alegando problemas económicos como causa, según han confirmado responsables de distintas agencias de la red consultados por este periódico.
Los responsables de Qualys 360 habían estado buscando en las últimas semanas la incorporación de un nuevo accionista que aportase músculo financiero al proyecto, reconocen las citadas fuentes, ya que “los actuales socios aseguran que ya no tienen capacidad para hacerlo”. De hecho, desde la compañía se contempla aún la posibilidad de retomar las operaciones si aparece la necesaria inyección económica en los próximos meses. Sin embargo, desde la red de agencias se entiende que este cese pasa por ser definitivo, puesto que “es muy difícil volver a la actividad cuando la cartera de clientes se te ha marchado.
Los clientes demandan fiabilidad, estabilidad y seguridad y eso es algo que, desgraciadamente, se ha perdido”. Además, la temporalidad del cierre no casa con la petición de devolución de las terminales móviles que cursó la central sólo unos pocos días después de la suspensión de actividad. Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto en repetidas ocasiones con los responsables de Qualys 360 para que ofrecieran su versión sobre este cese de actividad. Por otra parte, un grupo de alrededor de medio centenar de agencias que integraban la red de Qualys 360 se han organizado, escasos días después de concretarse la suspensión de actividades, para coordinar conjuntamente la defensa legal. Desde estas agencias se argumenta que “al margen de las cantidades que se nos han dejado a deber, tenemos que cubrirnos las espaldas con los reembolsos”.
En este sentido, explican que “existe un saldo de reembolsos que está a nuestro favor, pero puede ocurrir que si desde la enseña no se hacen cargo de su parte, los clientes nos vengan a reclamar a nosotros y esto es un tema grave porque podría entrar en el terreno de la apropiación indebida”. Pese a que evitan aportar una cifra aproximada de las cantidades en juego, agencias afectadas señalan que “en conjunto, estamos hablando de bastante dinero”.
Siltycom, sociedad creada en junio de 2012 con un capital social de 36.000 euros y con Ángel Martín Montes como administrador único, puso en marcha la enseña de paquetería Qualys 360 el pasado mes de febrero. Desde entonces, los accionistas han venido asumiendo una serie de ampliaciones de capital para sostener la viabilidad de la compañía. La última se produjo el pasado mes de mayo, cuando incrementaron en 166.000 euros el capital social hasta dejarlo en un resultante suscrito de 361.000 euros, que al parecer ha resultado insuficiente.
PROYECTO TRUNCADO
El proyecto Mensajero Directo, rebautizado después como Qualys 360, cuya génesis fue adelantada por este periódico hace ahora un año, pretendía agrupar a una numerosa red de agencias en torno a una sociedad gestora que se dedicara a “la organización y planificación para la prestación del servicio entre sus agentes”. Enfocada al segmento de la pequeña paquetería –hasta 10 kilogramos de peso-, Qualys 360 se encargaba de ofrecer cobertura tecnológica, arrastre por medio de rutas nacionales y cuatro plataformas de cross-docking. Además, la sociedad gestora se encargaría de la comercialización de grandes cuentas a nivel nacional, principalmente procedentes del e-commerce.
Precisamente este último aspecto es lo que más se critica desde las agencias, puesto que “después de asegurarnos que los accionistas de la sociedad traían consigo una cartera de clientes de gran tamaño que permitirían consolidar el proyecto, lo cierto es que al final sólo las agencias hemos acabado aportando paquetes y ese boom de envíos que esperábamos todos no ha aparecido finalmente por ningún lado”.
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