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Talento

Los criterios de valoración han cambiado rápidamente

Como introducción a esta reflexión tiraré de un refrán muy español: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
Los titulares más repetidos últimamente en tertulias, conferencias, publicaciones y debates en nuestro sector son la gestión del talento y las capacidades digitales.

Talento en su sentido más amplio y moderno. Cómo potenciar las vocaciones entre los más jóvenes, cómo seleccionar a los más capaces y con más potencial, cómo crear cantera, cómo retener y minimizar la rotación.

Los criterios de valoración han cambiado rápidamente, sobre todo por la influencia de los efectos secundarios de la pandemia en la empleabilidad. Se refuerzan los llamados “soft skills” o literalmente, habilidades blandas, es decir los atributos personales que permiten a una persona interactuar de manera eficaz y armoniosa con los demás. También se han visto muy potenciados los conocimientos en tecnologías digitales, muy de la mano de las nuevas formas de trabajar derivadas de la transformación digital que está impregnando hasta la médula a nuestras empresas, y en donde aún tenemos mucho que mejorar. Ya son parte de las preocupaciones a corto, medio y largo plazo de la cúpula empresarial y se van extendiendo por todas las capas y áreas de las organizaciones, financiero, operaciones, marketing y de modo transversal recursos humanos (o gestión de personas como le llamamos actualmente). Constituyen los llamados “digital skills”, o habilidades necesarias para usar dispositivos digitales, aplicaciones de comunicaciones y redes para acceder y administrar información, basadas por ejemplo en inteligencia artificial, analítica de datos, IoT, blockchain y otras.

Hace unos días en un evento discutimos sobre cómo afrontar los retos de la transformación digital y la gestión del talento, que cada día van más de la mano. Conclusión en breve, cuidado con la pereza.

Juanma Martínez

jmmartinezmourin@gmail.com