La entrevista  | 

Antonio Torregrosa Maicas

Director general de la Fundación Valenciaport

“Hay que adaptar la formación a los puertos del futuro”

Antonio Torregrosa ostenta una posición privilegiada, al mando del timón de la Fundación Valenciaport, para pulir con el brillo de la innovación a la logística y el transporte en “un escenario de incertidumbre global”. La descarbonización, la digitalización y la cualificación profesional abren oportunidades para lanzar nuevos proyectos tecnológicos que generen una mayor competitividad empresarial.

Interior Antonio Torregrosa> La Fundación Valenciaport nació en abril de 2004 como foco de formación e innovación para el clúster portuario. ¿Cómo valora este viaje de 20 años?
Ha sido una travesía fantástica. Cuando la Autoridad Portuaria de Valencia decidió poner en marcha la Fundación yo creo que no se imaginaba hasta dónde podía llegar. A lo largo de estos 20 años hemos desarrollado casi 400 proyectos de innovación, 37 prototipos y unas 130 soluciones de software, así como 900 cursos, entre otras cosas.

> La innovación es su ADN. ¿En cuántos proyectos están trabajando?
Intentamos que la innovación guíe todo lo que hacemos, no sólo en proyectos de desarrollo tecnológico, iniciativas de formación o en la asistencia técnica a otras comunidades portuarias. Representa algo más del 60 por ciento del presupuesto. Tenemos 48 proyectos abiertos, la mayoría cofinanciados por la Unión Europea, en todos nuestros ámbitos de actividad: transformación digital, medio ambiente y transición energética, seguridad y protección y puerto/ciudad, entre otros.

> De los proyectos realizados, ¿cuáles diría que aportaron una mayor competitividad al sector?
No es fácil de decir. Por citar uno reciente, Irail ha trabajado para mejorar la interoperabilidad en el intercambio de información de transporte de mercancías por ferrocarril mediante la digitalización y el uso de los estándares técnicos TAF TSI. Ha contribuido a que operadores y administraciones públicas adapten sus sistemas y mejoren la eficiencia. Por otro lado, en el marco de la iniciativa “Valenciaport Cero Emisiones Netas 2030”, hemos desarrollado iniciativas pioneras para el uso de energías alternativas en la maquinaria portuaria, que proponen mejoras importantes desde el punto de vista ambiental y operativo.

> ¿Cómo se seleccionan y se priorizan los proyectos que llevan a cabo?
En ocasiones, atendemos las demandas que provienen de empresas y organizaciones con las que trabajamos. En otras, somos proactivos, detectamos oportunidades e invitamos a nuestros socios a unirse a consorcios. Otra de las fuentes es el Plan innovación del clúster de Valenciaport, que hemos actualizado con un grupo de “Inteligencia Artificial y Servicios de Valor añadido” y otro de “Economía Azul”.

> ¿De qué proyectos realizados durante estos años se siente más satisfecho?
La FP Dual “Inmersión Portuaria”, una iniciativa que pusimos en marcha junto a Propeller, la Generalitat Valenciana y la Autoridad Portuaria. Nos ha permitido proporcionar a las empresas personas muy formadas y motivadas, en definitiva, atraer talento joven a nuestro sector. Los resultados están siendo excepcionales. En el ámbito de la cooperación internacional, destacaría la colaboración con Portos do Paraná, y en los proyectos de innovación, los más premiados son H2ports, que introduce el hidrógeno en las terminales, Green C Ports, que ha combinado digitalización y sostenibilidad ambiental, o Passportl, de seguridad portuaria.

> ¿El sector privado es fundamental?
La misión de la Fundación Valenciaport es contribuir a hacer que los puertos de Valencia, Sagunto y Gandía sean más eficientes y sostenibles. Nos debemos a sus comunidades portuarias. Son nuestra razón de ser. Incorporar empresas a nuestros proyectos es prioritario.

> ¿Es difícil que empresas competidoras participen en un mismo proyecto?
Afortunadamente en este ámbito hemos avanzado mucho. Hace 15 años era muy difícil conseguir, por ejemplo, que dos empresas compartiesen datos, aunque fueran anónimos. Ahora ya hablamos de sandboxes en los que pondremos a disposición de empresas tecnológicas y startups información de negocio de múltiples fuentes para que desarrollen productos y servicios adaptados a la realidad del puerto.

 

Tenemos 48 proyectos abiertos. Generamos en 2023 actividad por valor de 27 millones de euros

 

> ¿Qué es lo que más les demandan?
Hay un peso muy importante de la digitalización, la gestión del dato y la inteligencia artificial. La descarbonización también preocupa, por lo que la mejora de la gestión de la energía o el potencial de los nuevos combustibles también es relevante. En el plano comercial, existe una demanda creciente de información de mercado, lo que hace que los análisis de hinterland, el tratamiento de grandes bases de datos y la elaboración de índices también están cogiendo fuerza. En tercer lugar, formación. Más allá de nuestro máster en gestión portuaria, que es la estrella, hay un abanico importante de cursos que funcionan muy bien. Por último, muchas empresas quieren empezar a innovar, pero no saben por dónde empezar, o cómo financiar las iniciativas. Por eso hace unos meses pusimos en marcha Imarport, nuestra oficina de promoción y financiación de la innovación, que ayuda a las empresas a introducirse en este mundo y a poder financiar y gestionar sus proyectos de forma más eficiente.

> Dentro de sus programas, destaca en los últimos años Opentop, un programa de financiación que contiene, entre otras cosas, un sistema de incubadora y aceleradora de startups portuarias. ¿Cómo va?
Opentop es el hub de innovación abierta de Valenciaport, un conjunto de iniciativas que no sólo comprende incubación y aceleración de startups, también innovación educativa, laboratorios de innovación o un fondo de capital riesgo. Todo avanza según lo previsto, los hackathones han funcionado muy bien. Tenemos ocho empresas que han pasado ya por los programas, y a las que estamos ayudando para entrar en el mercado portuario. La mayoría de las startups que han pasado se consolidarán rápido, y veremos el poder transformador que tiene la iniciativa.

 

La gestión del dato, inteligencia artificial y descarbonización es lo que más nos demandan las empresas privadas

 

> ¿Cuáles son las vías de financiación de los proyectos que desarrollan?
La principal fuente es la Unión Europea, proyectos cofinanciados por la Autoridad Portuaria de Valencia, o por empresas del clúster. En lo referente a asistencias técnicas y formación, son las empresas las que contratan nuestros servicios, especialmente cuando no hay posibilidad de optar a subvenciones.

> ¿Cuánto dinero han captado en estos 20 años procedente de Bruselas?
No tengo en la cabeza esa cifra, son muchos millones. En 2023 hemos generado actividad por valor de 27 millones de euros, en proyectos de innovación e infraestructura. Si nos ceñimos a las subvenciones captadas en Europa, la Fundación ha recibido casi tres millones de euros, y la comunidad portuaria más del doble. A eso habría que añadir la ayuda prestada a otras empresas en proyectos, por ejemplo, del Plan de Recuperación, en los que no participamos técnicamente pero sí organizamos los proyectos y luego los gestionamos en régimen de subcontratación. El éxito aquí ha sido total. Nuestros clientes consiguieron subvenciones por un valor superior a 45 millones de euros.

> ¿Qué presupuesto tienen para 2024?
Hemos cerrado 2023 con un crecimiento del 16 por ciento. Vamos a plantear al Patronato un crecimiento en 2024 del 7 por ciento, para alcanzar un volumen de actividad de 7,4 millones de euros, una cifra razonable que creo que conseguiremos superar sin problemas.

> ¿Qué relación tienen con otros puertos españoles?
La colaboración está en nuestro ADN. Más allá de nuestro trabajo con la comunidad portuaria es importante para nosotros posicionarnos en todo el sistema portuario español. Con Puertos del Estado la colaboración es muy fluida. Hemos trabajado juntos en proyectos que nos van a permitir poner en marcha el observatorio del cambio climático, colaboramos en la secretaría técnica del proyecto Simple, y en breve arrancaremos un curso de señalización marítima para todo el sistema portuario. Con otros puertos la relación es muy fluida. En 2023 hemos tenido colaboraciones en especial con Sevilla, Las Palmas, Huelva, Algeciras, Castellón y Barcelona.

> Ya han rebasado el perímetro de Valencia…
El Puerto de Valencia siempre se ha caracterizado por su vocación de colaboración y lealtad con el sistema portuario, a través de Puertos del Estado. Estamos encantados de compartir nuestro know how, y ayudar a otras autoridades y comunidades portuarias. Especialmente en iniciativas europeas, la Fundación Valenciaport es un motor que arrastra a decenas de empresas e instituciones del sistema portuario.

> Los continuos cambios en el negocio marítimo y portuario son un desafío para ustedes. ¿Cómo observa el escenario del transporte marítimo, los puertos y la logística?
El panorama es complejo. En la celebración de nuestro XX aniversario, tuvimos el placer de escuchar un análisis en esta dirección de Miguel Ángel Sánchez Valero, que introdujo un concepto interesante: la era de la antifragilidad. Las crisis se suceden a gran velocidad, y el reto es adaptarse y volver a operar con velocidad minimizando los efectos inmediatos de esas disrupciones. El entorno geopolítico, con conflictos armados, relocalización de las cadenas, frentes comunes de países aliados para volver a los grandes bloques económicos genera una incertidumbre enorme. El mercado marítimo, con desajustes de capacidad y fletes en firme descenso, no augura buenos tiempos para las compañías navieras.

 

Con la entrada en vigor del ETS, nos preocupa el más que probable desvío de tráficos

 

> ¿Cómo cree que apunta este 2024?
Todas las previsiones señalan un año de pérdidas generalizadas. En el ámbito portuario, 2023 ha sido un año de crecimiento negativo. Además, sigue disminuyendo la relación crecimiento económico-crecimiento de los tráficos. Las expectativas para 2024 son de crecimiento muy moderado, aunque dependerá de que la economía en su conjunto consiga aguantar el tirón en un escenario de incertidumbre global. Y finalmente, el cambio climático, con la incertidumbre acerca de qué pasará, por ejemplo, con el Canal de Panamá. Y las nuevas normativas medioambientales que emanan de la Organización Marítima Internacional y especialmente de la Unión Europea que vienen a complicar aún más.

> Descarbonización, normativa europea de derechos de emisiones con la amenaza de la pérdida de escalas, ¿es la antesala perfecta para otra crisis?
La primera premisa es que el transporte tiene una responsabilidad importante en el cambio climático. Es urgente tomar medidas. Y es evidente que Europa tiene que ejercer ese papel de liderazgo, pero las medidas no son neutras, y hay que aplicarlas con sensatez. La entrada del transporte marítimo en el ETS puede tener efectos contrarios a los deseados. No me preocupa el incremento de fletes. Venimos de tiempos complejos en los precios y no ha pasado nada. Lo que nos preocupa es el más que probable desvío de tráficos a nuestros vecinos mediterráneos. Y el impacto para los puertos de transbordo es importante, pero desde la óptica macro lo es mucho más por la pérdida de conectividad que vamos a experimentar los hubs mixtos, que acabará influyendo notablemente en la competitividad de nuestro comercio exterior.

> Por último, el gran reto del Puerto de Valencia es poner en marcha la terminal norte. ¿Cree que supondrá un salto para la innovación y la formación?
Es un proyecto emblemático que, más allá de su importante impacto económico, tendrá un efecto arrastre impresionante para la economía valenciana en términos de innovación y tecnología. Ostentamos la gerencia de la asociación internacional TIC 4.0, en la que los grupos de terminales de contenedores trabajan con fabricantes de maquinaria y proveedores de tecnología en estandarización y digitalización. La necesidad de aplicar este conocimiento a una terminal automatizada es indiscutible. Venimos colaborando con MSC en temas de OPS e hidrógeno. Aspecto fundamental será la formación. La terminal más avanzada del mundo necesitará de personal técnico especializado. Hay que adaptar los programas de formación a los puertos del futuro.

 

El personaje

Antonio Torregrosa Maicas es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universitat de Valencia, Máster en Gestión del Comercio Internacional por Impiva y posee un Diploma de Estudios Avanzados en Administración y Dirección de Empresas. Entre 1998 y 2004 fue Técnico Superior de Investigación en el Instituto de Economía Internacional de la Universidades de Valencia, Alicante y Castellón, donde coordinó actividades de I+D en distintos campos relacionados con la economía, el transporte y la logística. En abril de 2004 llega la Fundación Valenciaport como Director de Proyectos para alcanzar en 2019 la dirección general de esta entidad impulsada por la Autoridad Portuaria de Valencia desde hace dos décadas.