Opinión  | 

Aportar al interés general

Javier Carbajo. Patrono de la Fundación Corell. In Memoriam / Juan Antonio Esteban Bernardo

En estos momentos en los que es difícil encontrar a empresarios y profesionales que colaboren con sus organizaciones en resolver problemas de interés general, Juan fue un ejemplo para todos

Se han recuperado las asambleas anuales presenciales de las asociaciones empresariales. La Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) celebró la suya en Santander los días 26 y 27 de mayo, con gran éxito organizativo y de asistencia de empresarios, proveedores y miembros de la Administración cántabra, con su presidente Miguel Ángel Revilla a la cabeza.

Durante el encuentro se entregó la distinción de Mejor Director del año, que la IRU (The International Road Transport Union) había concedido a título póstumo a Juan Antonio Esteban Bernardo, director de Recursos Humanos de ALSA desde 1999 hasta su fallecimiento, en el mes de agosto del pasado año, y colaborador constante del movimiento asociativo.

La vinculación de Juan Antonio a la organización empresarial ASTIC se inició hace años colaborando a hacer visible a la Administración y al propio sector los motivos de la carencia de conductores. Y alrededor de ello, la propuesta de estrategias de mejora de la empleabilidad, de diseño de un itinerario de progreso de la profesión de conductor.

También realizó los primeros contactos necesarios para establecer alianzas y hacer propuestas de desarrollo de la formación profesional para el sector. Asuntos ambos que trasladó a la organización IRU en búsqueda de su apoyo.

En los últimos años, fue ponente en las jornadas de la Comisión de Asuntos Sociales de la IRU, con temas tan de actualidad como la evolución de conductores con el proyecto Road Masters, el uso de simuladores de conducción y la influencia en el futuro del vehículo autónomo.

Juan, de formación y profesión psicólogo, creía en la capacidad de mejora que el trabajo en equipo daba y que se podían conseguir mejoras desde las organizaciones empresariales y así, se vinculó a AEDIPE, colaboró con ASTIC, CONFEBÚS y los últimos cuatro años con el Think Tank Movilidad de la Fundación Corell.

Todo ello, no le impedía disfrutar de sus hobbies pues era lector empedernido de novela de ficción y técnica de su profesión, lo que le permitía estar continuamente recomendando a su entorno interesantes lecturas. Persona de inquietudes intelectuales y deportista, sacaba tiempo, tanto para escribir libros con sus colegas profesionales, como para participar en maratones.

En estos momentos en los que es difícil encontrar a empresarios y profesionales que colaboren con sus organizaciones en resolver problemas de interés general, Juan fue un ejemplo para todos.

Los cambios que estamos viviendo en la economía globalizada son tan rápidos que como las organizaciones empresariales no estén afinadas y financiadas adecuadamente para presentar propuestas fundadas de mejora ante los desafíos que hoy tiene el sector del transporte, la sostenibilidad económica de las empresas estará en alto riesgo.

La actividad de transporte precisa lograr a través de la negociación con la Administración y con los sindicatos, actualizar y flexibilizar las relaciones industriales para que pueda hacerse más atractiva la profesión de conductor, proponer ratios razonables de productividad y junto con la formación continua se logre recuperar el atractivo de esa profesión.

Ha pasado casi un año desde su fallecimiento y Juan sigue recibiendo reconocimientos a su labor profesional, y su recuerdo debe de ser un acicate para que sigan incorporándose al movimiento empresarial, profesionales ilusionados por el interés general.

Enhorabuena Juan Antonio y gracias por tu dedicación al bien común.