TRANSPORTE 4.0  | 

Árboles y bosque

Habría que empezar por definir y llegar a un consenso sobre qué consideramos como sostenible

Cuando los árboles no nos permiten ver el bosque, estamos perdidos. Nos encontramos en plena transición hacia la sostenibilidad del transporte. Pero habría que empezar por definir y llegar a un consenso sobre qué consideramos como sostenible.

Para muchos, la mayoría, y sobre todo los ejércitos talibanes de lo verde, descarbonizado y cero contaminante, parece que es solo esto.

Para otros muchos, la sostenibilidad tiene varias patas, como una banqueta donde sentarse. Son, además de la medioambiental, la social y la económica. Y como ocurre con las banquetas, si una de las patas se rompe, o no existe, entran en una zona de equilibrio inestable e irremediablemente se caen.

Tengo muchas dudas de si esto lo tienen en consideración los legisladores, tanto los europeos como los nacionales, más que dudas tengo la certeza de que no mucho. Si la transición hacia el transporte verde no resulta sostenible económicamente, tampoco lo será socialmente. La estrategia de imponerlo por la vía de recargar los costes ya sea de manera directa añadiendo impuestos (por ejemplo, al combustible tradicional) o inducida, imponiendo fuentes de energía mucho más costosas que las anteriores, ya sea por falta de madurez tecnológica en la producción o en los sistemas que pueden utilizarlos, como los motores y vehículos (por ejemplo, con el hidrógeno).

Negro panorama tenemos por delante, las navieras ya han anunciado los sobrecostes en el transporte de contenedores, terrestre y aéreo también y no son pequeños.

Lo que aún no he visto es a ninguna asociación de (presuntamente) defensa de los consumidores, levantar la voz contra esta ola integrista. Porque lo que es evidente, es que esto lo pagaremos todos cuando vayamos a comprar o con nuestros impuestos. Y de estos polvos, llegarán esos lodos.

Juanma Martínez

jmmartinezmourin@gmail.com