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Barcelona se consolida como hub del coche eléctrico

La Autoridad Portuaria incrementa el 4,4% el volumen de negocio, hasta los 189 millones de euros, en 2023, aunque el resultado de explotación retrocede el 18,5 por ciento por el incremento de los gastos.

El puerto de Barcelona se ha consolidado como hub de distribución de vehículos eléctricos fabricados en China para el mercado del sur de Europa. Y ello ha contribuido a que la importación de vehículos nuevos haya marcado récord en el dársena catalana, hasta las 246.000 unidades, el 54 por ciento más que en 2022 y superando en un 16 por ciento la anterior mejor marca, los 238.723 turismos que entraron en 2017.

José Alberto Carbonell, LLuís Salvadó y Miriam Alaminos.
José Alberto Carbonell, Lluís Salvadó y Miriam Alaminos. Foto: J.M.

El 34 por ciento de las unidades importadas fueron eléctricas y de estas, el 92 por ciento han estado fabricadas en China. Ello supone que la cuota de este tipo de vehículos ha crecido 14 puntos en un año (20 por ciento en 2022). El puerto de Barcelona registró un tráfico total de vehículos nuevos (incluidos importación, exportación, cabotaje y transbordo) de 790.000 unidades, el 33,7 por ciento más que en 2022.

Este ha sido uno de los tráficos que creció en la dársena catalana el año pasado y con expectativas de que siga evolucionando al alza. Además, tuvieron un buen comportamiento los graneles sólidos con 4,8 millones de toneladas y un avance del 5,6 por ciento. Y en esta evolución “han sido determinantes los cereales”, señaló José Alberto Carbonell, director general de la Autoridad Portuaria, en la presentación de los resultados el pasado viernes. La importación de cereales ha crecido el 34 por ciento por la sequía en el campo español. La otra cara de la moneda han sido los graneles líquidos con 13 millones de toneladas, es decir, 2,6 millones menos que en 2022 (-17,1 por ciento). Y ello debido, sobre todo, al descenso del tránsito de los productos petrolíferos, sobre todo la gasolina (-54 por ciento) y de las importaciones de gas natural (-20,5 por ciento).

Los flujos de contenedores han sumado 3,3 millones de TEUs y un retroceso del 7 por ciento. Y ello ha sido debido, sobre todo, a la caída del transbordo (-20 por ciento). Se trata de un tipo de tráfico “más volátil en la medida que más lejos estés (el puerto) del Estrecho de Gibraltar”, añadió Carbonell. Y prueba de esta volatilidad es que el transbordo ha crecido el 28 por ciento en lo que va de año. Ello favorecido, en parte, por el desvío de barcos por el conflicto en el Mar Rojo. No obstante, este mismo conflicto afectó negativamente a las importaciones en el último mes del año.

El puerto de Barcelona cerró el pasado ejercicio con un tráfico total de 64 millones de toneladas, el 9,8 por ciento menos, “fruto de un contexto internacional complejo, con numerosos conflictos geopolíticos, bajada de la demanda a nivel europeo y un enfriamiento importante de las exportaciones”,  argumentó el director general.

En cuanto al balance económico, la Autoridad Portuaria tuvo una cifra de negocio de 189 millones de euros, el 4,4 por ciento más que en 2022. Un crecimiento debido, sobre todo, a la finalización de las bonificaciones implantadas para paliar los efectos de pandemia. El resultado de explotación ascendió a 44 millones, el 18,5 por ciento menos que en 2022, por el incremento de los gastos. El resultado antes de impuestos ha ascendido a 59 millones de euros, el 6 por ciento menos.

No obstante, un cash flow de 101 millones de euros (la misma cantidad que en 2022) y una tesorería de 325 millones (+24,6 por ciento) “nos protege de toda situación geopolítica y macroeconómica”, señaló Miriam Alaminos, subdirectora general y responsable Económica Financiera.

La Autoridad Portuaria de Barcelona prevé un volumen inversor entre licitaciones y ejecuciones de 332,5 millones de euros en 2024, avanzó Lluís Salvadó, presidente de la Autoridad Portuaria. Entre las actuaciones destacadas, el inicio del dragado para el futuro muelle de Catalunya, donde se concentrará  la actividad de contenedores, “que supone una inversión superior a los 100 millones de euros”. Y ligada con esta actuación, los futuros dos nuevos atraques comenzarán a coger forma aprovechando los sedimentos del dragado, actuación que también requerirá una inversión superior a los 100 millones de euros.

Más información en la edición el papel de 1 de marzo de Transporte XXI.