Opinión  | 

Cambio de paradigma

Ramón García. Director general del Centro Español de Logística (CEL)

Cambio de hábitos de consumo, ¿nos lleva a un cambio del paradigma del modelo económico y tributario de las ciudades?

El cambio de los hábitos de consumo en España y el crecimiento del ecommerce han sido una tendencia en alza en los últimos años. Según los datos de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) de abril de 2023, el comercio electrónico en España ha aumentado un 24% interanual, alcanzando un volumen de negocio de 47.400 millones de euros en 2022. Este cambio de modelo de consumo está teniendo un impacto significativo en la sociedad y el comercio, pero también cada vez más en la distribución urbana de mercancías que ha absorbido el crecimiento exponencial de las entregas domiciliarias.

Desde la perspectiva de la sociedad, el ecommerce ha mejorado la comodidad y la accesibilidad de las compras. Ahora, cualquier persona puede comprar productos con cualquier origen desde la comodidad de su hogar y recibirlos directamente en su puerta en unos pocos días.

Desde la perspectiva del comercio, por otro lado, el ecommerce ha permitido a las empresas llegar a un público más amplio y diverso, lo que ha aumentado la competencia y ha llevado a una reducción de los precios. Las empresas que compiten por este canal pueden ofrecer precios más bajos y un mayor alcance geográfico debido a su modelo de negocio, que no requiere una tienda física. Por lo tanto, las pequeñas y medianas empresas que no pueden competir con los precios más bajos de las empresas de ecommerce están en desventaja y eso está llevando al cierre de muchas tiendas físicas debido a la competencia de los gigantes del ecommerce.

Por último, desde la perspectiva de la distribución urbana de mercancías, el creciente número de camiones, furgonetas y otros tipos de vehículos de reparto circulando por las calles de las ciudades para realizar entregas ha llevado a un aumento en la congestión del tráfico, suponiendo ya un 20% del total en ciudades como Madrid o Barcelona y entre un 10-20% de la contaminación del aire. Este crecimiento sostenido en los últimos años está ocasionado por el doble efecto que supone el crecimiento del total de las ventas a través del canal ecommerce y el peso cada vez mayor de las transacciones que conllevan entregas física de mercancías, estando ya por encima del 30% sobre el total de ventas online.

Hasta ahora, este efecto es el que ha protagonizado las medidas que han ido poniendo en marcha las diferentes administraciones locales para reducir impactos ambientales y congestión, proliferando tras la nueva regulación de 2023 las ZBE en municipios de más de 50.000 habitantes, así como otras medidas de restricción de acceso y promoción del uso de vehículos de energías alternativas y modelos colaborativos de reparto, como por ejemplo los basados en hubs urbanos o el uso de lockers.

Pero está claro que el ecommerce ha cambiado también la forma en la que las empresas compiten entre sí, y esto, además de los otros efectos, está llevando a una pérdida de empleos relacionados con el comercio y a la reducción de la diversidad de tiendas en las ciudades, y por tanto, a una reducción de la fuente de ingresos tradicionales de los municipios. Por lo que, desde la perspectiva del modelo tributario de los ayuntamientos, el crecimiento de la venta online está tenido un impacto negativo en la economía local, ya que, sumado a esto, la mayoría de las empresas de ecommerce y sus operadores de transporte, además, tienen su sede en otros municipios e incluso otros países. Esto significa que estas empresas pueden competir en igualdad de condiciones con las locales, que sí tienen que pagar impuestos a nivel municipal. Esto ha llevado a una pérdida de ingresos para los ayuntamientos y a un impacto negativo en la economía local, sumado al resto de externalidades negativas que provocan el aumento del tráfico e impacto ambiental sin aumentar sus ingresos por ello. Por lo tanto, la introducción de medidas como la Tasa Amazon en Barcelona puede ser una forma de compensar este impacto negativo.

Este cambio de paradigma del modelo de comercio en las ciudades, por lo tanto, nos va a llevar a que las diferentes administraciones empiecen a tomar cada vez más medidas como consecuencia del impacto de los cambios de hábitos de consumo, hasta ahora estábamos viendo medidas muy orientadas a la sostenibilidad ambiental de las operaciones de distribución de mercancías, pero medidas como esta, que tasa la externalidad negativa provocada en las ciudades por el impacto del comercio electrónico, que en muchas ocasiones tiene origen de mercancía y tributación en otro municipio, abre un nuevo escenario en el que vamos a ver cada vez más nuevas regulaciones para adaptarse al nuevo contexto de mercado y sus consecuencias sobre el modelo económico tradicional del comercio y de las ciudades.