La dársena catalana canaliza un total de 10,7 millones de toneladas de mercancías en los dos primeros meses del año, igual actividad que en el mismo periodo de 2018.
Un total de 567.762 TEUs ha canalizado el puerto de Barcelona durante los dos primeros meses del año. Una actividad que supone un incremento del 9,5 por ciento en relación al mismo periodo de 2018, de acuerdo con las estadísticas hechas públicas por la Autoridad Portuaria.
[caption id="attachment_94724" align="alignleft" width="435"]

La importación también aumenta.[/caption]
Este avance se debe sobre todo a la evolución del transbordo, que creció el 25,9 por ciento, hasta sumar 251.569 TEUs, así como a las importaciones, que aumentaron el 8,3 por ciento (105.978 TEUs llenos). En cambio, las exportaciones registraron un retroceso del 13,1 por ciento, sumando 124.772 TEUs (llenos). Por mercados, los países que han experimentado un mayor dinamismo han sido China (+ 4 por ciento), Argelia (+13 por ciento) y Estados Unidos (+ 18,5 por ciento).
La dársena catalana registró un tráfico total de 10,7 millones de toneladas, la misma actividad (+0,2 por ciento) que en los dos primeros meses de 2018. Por tipo de flujos, los graneles líquidos retrocedieron el 7,8 por ciento, hasta los 2,40 millones de toneladas. Un descenso debido sobre todo a los tráficos de gasolina y fuel. Los graneles sólidos se mantuvieron al sumar 796.609 toneladas (-0,1 por ciento). Las autopistas del mar que conectan Barcelona con Italia y el norte de África transportaron 24.241 UTIs en los dos primeros meses del año, el 2 por ciento más.
El puerto de Barcelona finalizó el pasado ejercicio batiendo un nuevo récord en actividad con 67,7 millones de toneladas de mercancías movidas, el 10 por ciento más en comparación con 2017. Fue un incremento histórico en contenedores, con 3,4 millones de TEUs y un avance del 10 por ciento, en graneles líquidos, con 15,2 millones de toneladas (+5,2 por ciento), y en pasajeros, con 4,4 millones de usuarios (+8,6 por ciento). La otra cara de la moneda, el comportamiento de los graneles sólidos, que registraron un retroceso del 4,7 por ciento, hasta los 4,2 millones de toneladas, debido, sobre todo, a la caída de exportación de cemento.