Hay masa crítica para ocho trenes diarios multicliente durante el primer año operativo de la plataforma, ligada a la llegada del UIC a Tarragona, un proyecto donde la multinacional ha involucrado a 150 empresas.
Seis años lleva esperando el proyecto de terminal ferroviaria anunciado por Basf en 2012 en sus instalaciones del complejo petroquímico de Tarragona, iniciativa ligada a la llegada del ancho de vía internacional o tercer hilo a la zona. El retraso en las interminables obras del Corredor Mediterráneo mantiene en el congelador la inversión estimada, en su día, de 30 millones de euros para esta terminal intermodal, destinada tanto a tráficos propios de la química como de terceros. [caption id="attachment_86122" align="aligncenter" width="300"]
Instalación del tercer hilo en la entrada al puerto de Tarragona.[/caption]
De cumplirse el último calendario dado por el Ministerio de Fomento, que el nuevo Gobierno se ha comprometido a mantener, Tarragona estará conectada al ancho internacional en 2020. “Tenemos esperanza de que sea así e iniciaríamos las obras ese mismo año o a principios de 2021”, señaló Carlos Pastor, director de Compras Logísticas de Basf para el sur de Europa, a este periódico.
La multinacional alemana no se ha quedado con los brazos cruzados esperando. Impulsó la creación de la joint venture Combi Terminal Catalonia (CTC), integrada por Kombiverkehr, Hoyer, Schmidt, Contank y Pañalón, además de la propia Basf, en verano de 2014.
Igualmente, ha involucrado a 150 empresas de diversos sectores que se han comprometido con la apuesta intermodal. “Estamos preparados, tenemos el soporte de la Unión Europea, tenemos acuerdos con operadores ferroviarios nacionales e internacionales y tenemos empresas comprometidas”, añade.
Un compromiso que se puede llegar a traducir en ocho circulaciones diarias (peninsulares e internacionales) durante el primer año de funcionamiento de la terminal, según prevé Basf. Y “alcanzar los 16 trenes diarios, la máxima capacidad, en cuatro años”.
El proyecto de Basf no es el único en el congelador. La terminal ferroviaria del operador intermodal Bertschi Ibérica sigue sin actividad regular más de cuatro años después de su inauguración esperando la llegada del ancho de vía internacional, según ya publicó este periódico en una anterior edición.
Tres sectores
La viabilidad de la futura terminal ferroviaria promovida por Basf pasa porque sea una instalación multicliente y de multiproductos. En la zona de influencia de la plataforma intermodal hay potenciales cargadores en dos grandes sectores, el agroalimentario y el de automoción, además del petroquímico.
La multinacional lleva trabajando tiempo para conseguir la masa crítica que llene los convoyes, llegando a involucrar, hasta la fecha, a unas 150 empresas de estos sectores que apuestan por la intermodalidad, no únicamente para tráficos internacionales, también para flujos peninsulares.