La pública, que cerró 2023 con 120 millones de euros en pérdidas, la mitad que el ejercicio anterior, pone el foco en la paquetería para lograr alcanzar una situación financiera adecuada en cinco años.
Correos se volcará en los próximos cinco años en la misión de enderezar el rumbo de la compañía, con el objetivo de consolidarse en la senda de la rentabilidad. La pública, que cerró 2023 con unas pérdidas de 120,31 millones de euros, un 44,6 por ciento menos que en el ejercicio anterior, tiene puesto el foco en el impulso de su negocio de paquetería como una de las palancas clave para alcanzar una situación financiera adecuada.
Así lo contempla su plan estratégico 2024-2028, en el que se concreta la previsión de revertir las pérdidas para acabar el período “con un margen Ebitda del 6 por ciento, una situación consolidada de beneficios y una posición financiera saneada”, señalan desde la compañía que preside Pedro Saura, que tomó el relevo de Juan Manuel Serrano a finales del pasado año.
La pública pretende incrementar sus ingresos a través, entre otras medidas, del impulso a la paquetería. Para ello, apuestan por la adaptación “a las nuevas preferencias y hábitos de los consumidores, automatizando y haciendo más eficiente los procesos y estableciendo estrategias que estimulen unos mayores tráficos transfronterizos”. Al mismo tiempo, proyectan el impulso de “servicios logísticos más complejos y sofisticados como la distribución de productos de frío”.
Según el plan estratégico de Correos, la contribución de la paquetería al ingreso total del operador se elevaría en 11 puntos hasta alcanzar el 35 por ciento de su cifra de negocio. Por su parte, los ingresos por servicios postales pasarían del 66 por ciento sobre el total al cierre de 2023 a situarse en el 49 por ciento a finales del año 2028. Para lograrlo, la pública se plantea la adquisición de nuevas naves destinadas a operativa y logística, la renovación de la flota de vehículos, la automatización y la robótica.
El importe neto de la cifra de Correos se situó en 2.113,04 millones de euros en 2023, lo que supuso un incremento del 7,67 por ciento, según el informe anual integrado de la compañía que acaba de hacerse público. La pública, que cuenta con más de 48.000 trabajadores en plantilla, no ha conseguido equilibrar aún los ingresos previos a la pandemia, que se situaron en 2.266,48 millones en el año 2019. En conjunto, el grupo se ha dejado por el camino la friolera de cerca de 700 millones de euros en pérdidas en el último lustro (ver cuadro).
Correos gestionó 1.245 millones de envíos el pasado año, lo que representó un descenso del 8,99 por ciento. La compañía dispone de 19 centros de tratamiento, 8.267 puntos de atención y 2.241 taquillas inteligentes Citypaq repartidas por toda la geografía española.
El grupo Correos contaba al cierre de 2023 con una flota integrada por 14.204 vehículos, de los que 2.385 son eléctricos (el 17 por ciento del total) y 300 híbridos, después de haber incorporado el pasado año 805 nuevas unidades eléctricas, entre furgonetas y motocicletas. Con estas adquisiciones, la compañía continuó avanzando en su compromiso de alcanzar el 25 por ciento de vehículos eléctricos y el 50 por ciento de flota basada en tecnologías alternativas para 2030.
Centro logístico Rampa 7
Entre las principales novedades en materia de infraestructuras logísticas del grupo se encuentra la puesta en marcha el pasado año del centro logístico Rampa 7 en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Su entrada en funcionamiento ha supuesto el reforzamiento de las operaciones de tratamiento de los envíos internacionales de importación de la pública.
El centro, que ocupa una superficie total de 12.542 metros cuadrados construidos sobre una parcela de 19.000 metros cuadrados, ha supuesto una inversión de más de 15 millones de euros en su construcción, a lo que se suman otros más de 17 millones de euros en su automatización. La puesta de largo de este nuevo centro logístico ha permitido destinar el actual Centro de Tratamiento Internacional ubicado en primera línea del centro de carga aérea de Madrid-Barajas a las operaciones de exportación e intercambio urgente nacional, de manera exclusiva.
Al mismo tiempo, Correos incorporó también el pasado año nuevos sistemas de clasificación automatizada de paquetería de gran formato y de correspondencia en sus centros de tratamiento automatizado de Zaragoza y Madrid. Según señala su informe anual, la compañía consolidó su presencia en el continente asiático, experimentando un crecimiento estable de los volúmenes procedentes de esta región. Así, la captación de nuevos flujos asiáticos permitió compensar la reciente tendencia de las grandes plataformas de comercio electrónico a establecer sus propias redes de entrega en España, apuntan.
A su vez, en el marco de su política de incremento de ingresos, la pública resalta que cuenta desde 2021 con su línea de negocios Correos Frío, que comprende una amplia gama de servicios de transporte a temperatura controlada. El pasado año, la firma acometió la implantación en una decena de ciudades de rutas refrigeradas para la entrega en la última milla, fundamentalmente para los sectores de comida preparada y hortofrutícola.
Por otra parte, Correos acaba de ser apercibida por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para que deje de considerar en su modelo contable las notificaciones administrativas, que son envíos de correspondencia de hasta 2 kilogramos de peso y entrega en domicilio, como un tipo de carta certificada y que forma parte del Servicio Postal Universal (SPU), cuando según el organismo de competencia “no lo son”.