Marta Vozmediano. Key Account Manager, Hiflow
La autora analiza en esta Tribuna Libre cómo la logística digital está transformando la forma de comprar y recibir coches en España
En España, comprar un coche solía significar desplazarse a varios concesionarios, volver, negociar, firmar documentos en papel y esperar a recoger el vehículo. Hoy en día, esta experiencia está siendo sustituida paulatinamente por un modelo más ágil, más digital y, sobre todo, más centrado en el cliente.
El pasado mes de enero, Amazon anunció el lanzamiento de su servicio “Amazon Autos” en Estados Unidos (con pruebas previstas para Europa en breve), que permite a los usuarios comprar su futuro vehículo directamente desde la plataforma.
Según El Observatorio, el 41 por ciento de los compradores de coches online en España afirma haber realizado toda su compra, incluido el pago, a través de internet. Esta cifra, ligeramente superior a la del año anterior, refleja la creciente adopción de soluciones digitales en el sector de la automoción.
En Hiflow somos testigos de primera mano de ello. Desde nuestra llegada a España en 2022, hemos entregado más de 25.000 vehículos a domicilio, y más del 30 por ciento de nuestros clientes organizan su entrega vía WhatsApp o SMS. ¿Qué nos dicen estas cifras? Los consumidores de hoy ya no quieren desplazarse: quieren recibir su coche con la misma facilidad que piden una comida o hacen una compra online.
Esta transformación no es solo una búsqueda de comodidad; se basa en fuertes expectativas en términos de confianza digital, transparencia, seguimiento en tiempo real y necesidad de gestionar y supervisar cada etapa del proceso desde su smartphone, con total autonomía. El problema es que los clientes no se sienten escuchados.
Los plazos de entrega siguen siendo demasiado largos y la experiencia de compra sigue siendo insatisfactoria. La causa: una persistente falta de transparencia por parte de fabricantes, distribuidores y operadores logísticos, a menudo reacios a compartir información. Esta reticencia se debe tanto a las restricciones reglamentarias como a los costes tecnológicos asociados o al miedo a perder una ventaja competitiva.
Las empresas más receptivas del sector han iniciado su transformación: están replanteando su logística para ofrecer una verdadera experiencia “clic a puerta”. Plataformas de alquiler flexible, comercio electrónico de automóviles, grandes grupos de distribución… todos apuestan por una mayor eficacia y una mejor integración tecnológica. Pero para responder a las expectativas de los consumidores, esta transformación debe extenderse a todos y acelerarse.
La movilidad está cambiando, y no solo por los coches eléctricos o el car sharing. Está cambiando porque los clientes demandan una experiencia más parecida al comercio electrónico que a la de un concesionario tradicional.
Con la rentabilidad media de los concesionarios españoles alcanzando su nivel más bajo desde 2016 (según Snap-On Business Solutions), la transición a un modelo digital ya no es una opción, sino una necesidad. Y los que no se adapten, simplemente corren el riesgo de quedarse en el camino.