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El empleo en el sector logístico se resiente

UNO alerta de una caída del 0,25% en la ocupación al cierre de 2023 y reclama medidas que “incrementen la productividad y fomenten la captación y retención de talento”.

El empleo en el sector de la logística y el transporte empieza a mostrar síntomas preocupantes, según advierte UNO.

La patronal logística alerta de una caída del 0,25 por ciento en la ocupación al cierre de 2023, después de haber registrado un total de 1,14 millones de ocupados, según se desprende de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El sector registraba al cierre de 2023 un total 1,14 millones de ocupados, lo que supone una caída del 0,25 por ciento.
El sector registraba al cierre de 2023 un total 1,14 millones de ocupados, lo que supone una caída del 0,25 por ciento.

“Estos datos constatan la desaceleración económica que preveían nuestras empresas para el comienzo de 2024, y que ha provocado una bajada en el número de ocupados para afrontar la campaña de rebajas”, señala el presidente de UNO, Francisco Aranda.

Según destaca el presidente de la patronal logística, “son diversos los indicadores macro que nos hacen advertir de un estancamiento en la curva de crecimiento del empleo para este año”. En esta línea, Aranda denuncia el impacto negativo de las últimas medidas laborales impuestas por el Ministerio de Trabajo, “que afectarán gravemente a las empresas y a su capacidad para generar empleos sostenibles y de calidad”.

Aranda pone el foco sobre decisiones como la subida del 5 por ciento del salario mínimo interprofesional (SMI) “sin el consenso de los empresarios, en pleno proceso de desaceleración económica y sin apoyarse en políticas destinadas a incrementar la productividad”, por lo que lo tacha de “temeridad”. Aranda denuncia que la medida carece de criterio técnico que es “especialmente grave si se tiene en cuenta que en España pagamos uno de los más elevados impuestos al empleo, y aún somos el único país de la UE con una tasa de paro de dos dígitos”.

El presidente de UNO también hace referencia a la reducción de la jornada laboral semanal que, en palabras de Aranda, “significa un nuevo incremento de los salarios, tendría un coste empresarial de 64.000 millones de euros y supone otro zarpazo del Ministerio de Trabajo al diálogo social y a la propia negociación colectiva de los diferentes sectores y territorios”.

Aranda reclama medidas “enfocadas a incrementar sustancialmente la productividad, sofocar la presión empresarial y fomentar activamente la captación y retención de talento”.