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El futuro del transporte marítimo marcado por el Covid-19

El próximo otoño marcará la tendencia del mercado, aunque se espera una recuperación lenta que va más allá del inicio de 2021.

El próximo otoño será la medida de cómo se va a desarrollar la logística y el transporte marítimo en los próximos ejercicios. Los cambios que se aproximan estarán marcados, se quiera o no, por los efectos del Covid-19. En todo caso, lo puertos serán punta de lanza y el termómetro de la recuperación económica que debe afectar a un lado y al otro del atlántico. 

El sector demanda ayudas y estabilidad legislativa para salir de la crisis.
El sector demanda ayudas y estabilidad legislativa para salir de la crisis.

Así se desprendió del seminario en remoto organizado por la Federación de Asociaciones Nacionales de Agentes de Carga y Operadores Logísticos Internacionales de América Latina y el Caribe, ALACAT, la Federación Española de Transitarios Expedidores Internacionales y Asimilados, FETEIA y que contó con la coordinación del Foro de Logística, FdL. 

El encuentro internacional, bajo el título “Reflexiones de un Otoño Marítimo: Futuro de la carga marítima en LATAM y Europa”, contó con la introducción de Moisés Solís, presidente de ALACAT, y de Enric Ticó, presidente de FETEIA. El presidente de los logísticos de América Latina y el Caribe reconoció que estamos en una época con un gran futuro, pero en la que “nos tendremos que acostumbrar y trabajar con la presencia del coronavirus y sus efectos dañinos”, por lo que se requiere una especial disposición. 

Por su parte, Enric Ticó destacó que el trasporte marítimo tiene por delante “no un otoño triste de caídas de hojas, sino un período de recuperación. Al mismo tiempo, recordó que el transporte marítimo sigue siendo fundamental, aunque, si antes eran importantes asuntos “como la sostenibilidad, el reto tecnológico o el reto de la mejora de la administración”, para salir de la crisis, “ahora se necesita que hablemos de las ayudas de la Administración y que se produzcan pocos cambios administrativos”. 

El primero de los panelistas fue Francisco Jiménez, representante de Transporte, Logística y Movilidad de la compañía Deloitte, que destacó que “hay que aprovechar el momento para atraer talento, inversión y apoyo institucional”. Lo que ha producido esta época del Covid-19, Jiménez lo ejemplificó en el aumento del comercio electrónico que “ha tenido un impacto claro en la cadena logística y ello provoca más tensiones, volúmenes de trabajo e incertidumbres; al tiempo que genera menos márgenes de beneficio al operador y le crea mayores problemas de stock”. 

Puerto de Barcelona aéreaAurelio Martínez, presidente del puerto de Valencia, defendió en su ponencia el papel del transporte marítimo indicando en “en los últimos 50 años ha habido varias grandes crisis económicas y casi nada ha cambiado en lo esencial, excepto el principio darwinista empresarial”. Martínez recordó que el transporte marítimo ha sobrevivido gracias a basar su supervivencia en la reducción del coste unitario, la reducción de emisiones y en la apuesta por la globalización. A medio plazo, Martínez destacó que “los cambios tecnológicos y en las cadenas de valor, y los movimientos políticos e institucionales que impulsan un nacionalismo económico, están influyendo en la caída de los flujos comerciales”. 

El director general para Iberia de Hapag-Lloyd, Joseph Santo, destacó la importancia “de la región de Latinoamérica para la recuperación de la actividad marítima” aunque con un panorama ciertamente sombrío. Santo señaló que “el mercado puede caer hasta un 11 por ciento, ya en 2021 se podría recuperar hasta un 9,6 por ciento de la actividad”. La parte buena es que “actualmente no existe tanto exceso de capacidad como en la crisis de 2008-2009, porque se han retirado buques para adaptarse al IMO 2020 y no ha crecido la demanda por sorpresa”. 

Por su parte, el vicepresidente de la Federación Internacional de Asociaciones de Transitarios, FIATA, Neil Taylor, señaló en su ponencia que “veremos un futuro cercano de nuevas fusiones de compañías transportistas, volúmenes de carga volátiles y efectos sorpresa, por lo que la planificación se va a hacer compleja. Taylor especificó que “el mercado de freight forwarders se ha visto muy afectado porque los precios han caído. El ejemplo más cercano lo tenemos en DHL, que ha declarado una bajada de los ingresos del 50 por ciento en el primer trimestre del año”. 

Héctor Tamburini, responsable de DP World Américas, mostró un abierto pesimismo al indicar que “esta crisis va a tener una recuperación más lenta que la de hace diez años. Los puertos de la costa oeste de América que parten hacia Asia tuvieron un 18 por ciento de cancelaciones de la semana 20 a la 31. La actividad de los puertos ha caído un 30 por ciento. Ahora no vemos una recuperación rápida y más bien pensamos que podremos estar empezando a recuperarnos a partir del segundo cuarto de 2021”. 

Ante este panorama de recuperación lenta y posible cambio de las expectativas de desarrollo de los transportes marítimos, TRANSPORTE XXI preguntó al director general de Hapag-Lloyd Iberia si la situación actual trastoca o influirá en el diseño de los próximos buques portacontenedores. Según Joseph Santo “ha habido una filosofía de construir buques más y más grandes, pero creo que hemos llegado al tope. La economía de escala se diluye en el tamaño de los puertos y sus posibilidades de conexiones: tren, camiones, etcétera. Los buques más pequeños irán desapareciendo de las rutas internacionales, aunque para algunos sitios específicos, los intermedios sí tendrán sentido”.