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El Reino Unido, aislado por la nueva variante de la COVID-19

La medida decretada por el gobierno francés de cerrar sus fronteras durante al menos 48 horas atrapa a miles de transportistas a ambos lados del Canal de la Mancha a menos de 10 días de la entrada en vigor del ‘Brexit’.

En un contexto en el que el Reino Unido y la Unión Europea siguen sin lograr un acuerdo sobre su futura relación comercial a partir del próximo 1 de enero, la aparición de una nueva variante del coronavirus en el país británico ha tenido como respuesta que Francia decrete el cierre de sus fronteras para evitar su transmisión. Esta medida excepcional, que se aplica desde las 11 de la noche del pasado domingo y al menos durante 48 horas, ha atrapado a miles de transportistas que diariamente cruzan el Canal de la Mancha en ferris y en el servicio del Eurotunnel.

El paso del canal puede incrementar el precio y el tiempo de la operación a partir del 1 de enero.
Imagen del puerto de Dover, la dársena con mayor tránsito en el comercio entre el Reino Unido con la Unión Europea.

Este bloqueo pone en riesgo hasta el 85 por ciento de todas las importaciones del Reino Unido desde la Unión Europea y afecta igualmente a su intercambio comercial con Irlanda, según apuntan desde la IRU, la organización internacional para el transporte por carretera, tras subrayar que “el transporte de bienes esenciales, especialmente de alimentos y medicinas, está en riesgo a ambos lados del Canal de la Mancha”. Y es que “los camiones atrapados con el cierre de las fronteras multiplicarán rápidamente su efecto más allá del Reino Unido y Francia para afectar a otras cadenas de suministro en todo el continente”, añaden desde la IRU.

La aparición de la nueva variante de la COVID-19 en Reino Unido supone otra adversidad en el caos que ya se estaba produciendo en la circulación de camiones que se mueven con Francia. Ya en las últimas semanas, las principales autopistas de acceso para cruzar el Canal de la Mancha desde los dos países se encontraban congestionadas, como consecuencia de la inminente entrada en vigor del ‘Brexit’.

El cierre de fronteras decretado por el gobierno francés está dejando retenidos a miles de transportistas en un momento de fuerte dinamismo de tránsitos para abastecer al mercado británico en plena Navidad y ante el nuevo escenario tras la salida del Reino Unido de la UE. El tráfico medio de 6.000 camiones diarios que cruzan Calais y Dover había crecido en diciembre hasta los 9.000 vehículos pesados, según los datos de la prefactura francesa del Departamento del Norte.

Las principales asociaciones españolas de transportistas no han tardado en mostrar su malestar ante la actual congestión del transporte por carretera con uno de sus principales mercados. Fenadismer señala que “en las últimas semanas se estaba produciendo en las principales autopistas de acceso para cruzar el Canal de la Mancha, tanto desde el Reino Unido como desde Francia, como consecuencia de la entrada en vigor del ‘Brexit’, esperas de hasta 9 horas antes de poder acceder a las zonas de embarque y a la que ahora se suma la congestión generada por el bloqueo establecido por el coronavirus”.

Por su parte, la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic) ha mostrado su preocupación por los conductores profesionales que llevan bloqueados dos días en retenciones de más de 30 kilómetros a ambos lados del Eurotúnel, debido al cierre del Reino Unido por la nueva variante detectada de coronavirus. Las dificultades del transporte por carretera con Reino Unido continuarán tras el desbloqueo que levante Francia. Astic ha alertado que numerosos transportistas “aún no tienen asegurado si podrán circular por el Reino Unido, ya que las licencias comunitarias que les autorizan a operar en las carreteras de toda la UE dejarían de ser válidas en territorio británico a partir del próximo 1 de enero”.

En esta línea, el Consejo y Parlamento europeos están tramitando un proyecto de reglamento de emergencia propuesto por la Comisión el 10 de diciembre, cuya aprobación está sujeta a reciprocidad por parte del Gobierno de Boris Johnson para que los camiones de la Unión Europea puedan pasar y circular en suelo británico y los del Reino Unido por el continental. “Tenemos el miedo de no poder circular el 1 de enero por Reino Unido”, asegura Ramón Valdivia, director general de Astic.

Además, recuerda que, con la salida del Reino Unido de la UE, se necesitarán unos 30.000 aduaneros extras para gestionar los millones de operaciones arancelarias en los pasos fronterizos con aduana que requiere el paso de más de 10.000 camiones al día proveen de productos al mercado británico desde Europa.

También ha levantado la voz la patronal Froet, tras explicar que entre 600 y 1.000 transportistas murcianos se encuentran atrapados. Su secretario general, Manuel Pérezcarro, advirtió de que “los conductores afectados por el colapso no tienen sitio para aparcar, ni para poder comer, entre otras necesidades, por lo que se puede originar un verdadero desastre”. Confía, no obstante, en que “el sentido común impere para que puedan salir y volver a sus domicilios”.

Mientras, las autoridades británicas están acondicionando el aeropuerto de Kent, próximo al puerto de Dover, para alojar a más de 4.000 camiones, aunque será absolutamente insuficiente para acoger a los más de 10.000 camiones que podrán estar afectados.

Rod McKenzie, director de la asociación británica del transporte por carretera Road Haulage Association (RHA), aseguró que “son solo 48 horas, pero la prohibición francesa tendrá un efecto devastador en la cadena de suministro. Esperamos grandes retrasos una vez que se haya levantado la prohibición y que afectarán a componentes industriales, verduras frescas y congeladas y a todas las entregas navideñas”.

Por otra parte, para facilitar la operativa del transporte por carretera generada por el ‘Brexit’, el gobierno belga ha aprobado una regulación excepcional flexibilizando el cumplimiento de la regulación de cumplimiento de los tiempos de conducción y descanso de los transportistas que se dirigen hacia los puertos belgas y franceses desde el 28 de diciembre del 2020 al 21 de enero de 2021.

Los nuevos términos amplían el horario de conducción máxima diaria de 9 horas hasta las 11 horas; modifica el régimen de pausas diarias con la posibilidad de efectuar la obligatoria de 45 minutos después de 5 horas y media de conducción; y el descanso diario se podrá reducir de 11 a 9 horas. También disponen la posibilidad de aplazar el descanso semanal más allá de los seis días máximos de conducción.