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La detención de Mestre amenaza la alianza del grupo español con Hutchison en Tercat

La asiática podría denunciar el contrato de compra del 70% de la estibadora catalana de 2006 o intentar ejecutar a coste cero la opción que tiene sobre el 30% de su socio.

La detención de José Mestre, presuntamente implicado en un delito de tráfico de drogas en el puerto de Barcelona, puede afectar a la alianza societaria que el grupo marítimo español tiene con Hutchison en Tercat. El escenario más probable es que el grupo asiático se quede con el 30 por ciento de Tercat en manos de Mestre a coste cero por los daños causados

La detención de José Mestre Fernández, presuntamente implicado en un delito de tráfico de drogas (al que podría sumarse el de blanqueo de capitales) dentro de la Operación Guadaña que instruye la Audiencia Nacional, podría afectar a la alianza que el empresario y su familia tienen con Hutchison Port Holdings en el seno de Terminal Catalunya (Tercat), la principal terminal de contenedores del puerto de Barcelona, según expertos en Derecho Mercantil y Societario consultados por TRANSPORTE XXI. En mayo de 2006, la asiática Hutchison adquirió el 70 por ciento de Tercat a la familia Mestre a través de la sociedad Servicio Material Portuario, manteniendo el gigante con sede en Hong Kong una opción para hacerse con el 30 por ciento de su socio local.

La alianza entre Hutchison, presente en más de 50 puertos, y Mestre reportó unos ingresos de 150 millones al grupo español. Siendo ya socios, Tercat se adjudicó luego la nueva terminal de contenedores en el Muelle Prat de Barcelona. “Está claro que la detención de José Mestre ha supuesto un fuerte varapalo para la reputación de la estibadora que lidera Hutchison, lo que tiene un coste incalculable para una empresa de servicios y que podría afectar de manera negativa a futuras acciones comerciales que pretenda acometer la compañía”, señalan las citadas fuentes.

Las mismas barajan tres escenarios en el desarrollo de las relaciones societarias entre Hutchison y Mestre en el seno de Tercat. “Uno, es que no ocurra nada, es decir, que todo siga como hasta ahora, lo cual es bastante improbable si tenemos en cuenta que las acciones de la compañía han perdido valor con el encarcelamiento de José Mestre”. Un segundo escenario podría ser que “Hutchison denuncie el contrato de compraventa por el que adquirió el 70 por ciento de Tercat a Mestre con el argumento, a la vista de cómo se desarrolle la investigación judicial, de que el vendedor ha podido vulnerar la buena fe con que se cerró el mismo.

Estos contratos, al margen de que estén sujetos al derecho inglés o al nacional, se firman en base a la buena fe de las partes, aunque en el derecho anglosajón no se presume la misma y en el español sí. En cualquier caso, para recuperar el precio pagado, Hutchison podría alegar que hubo engaño en el contrato, ya que el vendedor habría ocultado que la terminal se estaba utilizando para otras actividades, en este caso ilegales, distintas a las de su objeto social”.

Los expertos no creen que “Hutchison se decante por esta opción, pues es de suponer que la Audiencia Nacional inmovilizará los bienes de José Mestre, amén de que el imputado podría presentar concurso de acreedores para poder salvar sus bienes”. El tercer escenario, el más plausible para la fuentes consultadas, es que “Hutchison negocie ejecutar a coste cero la opción de compra que tiene sobre el 30 por ciento de Tercat que está en manos de Mestre, alegando los perjuicios causados: devaluación de la compañía, impacto negativo en su reputación que puede afectar al fondo de comercio y ocultación de información para actos ilícitos, entre otros, aunque todo ello estará en función de cómo se desarrolle la investigación”.

Hasta la fecha, el primer movimiento de Hutchison ha sido sustituir a José Mestre como director general de Tercat por Guillermo Belcastro, que ocupaba la dirección financiera de la estibadora. El nombramiento de Belcastro es “en funciones”, asegura el operador en un comunicado enviado a los clientes. La alianza de Mestre con Hutchison fue en su día “vital y necesaria” para competir con su gran rival en la dársena, TCB, y hacerse con la terminal del Muelle Prat. Nueva superficie que Tercat empieza a recibir este mismo mes de julio, con más de tres años de retraso debido al hundimiento parcial del muelle ocurrido en enero de 2007.

Tercat destina 205 millones a obra civil y 310 millones a maquinaria, una inversión que puede resultar afectada según acabe la alianza entre el español y el gigante asiático. La detención de Mestre “no afectará a la concesión ya que Hutchison es el accionista mayoritario. No peligra nada”, aseguran desde de la Autoridad Portuaria de Barcelona. La actividad de la estibadora ha continuado “con normalidad” en sus actuales instalaciones.

El hombre que trajo a Hutchison

JuanMestreMonforte, padre de JoséMestre Fernández (Barcelona, 1957), puso en 1956 el germen de lo que posteriormente se ha convertido en una de las grandes fortunas de España. El progenitor del clan de los Mestre se inició en el puerto de Barcelona con una flotilla de camiones que operaba para Condeminas. Le fue tan bien que en 1969 compró la empresa Intramediterráneo, que fue el agente de la flota soviética en España durante aquellos años, y la estibadora Sammer, por la que pagó 500.000 pesetas, para dar una solución a la cadena logística de la exportación de hierro desde la dársena catalana.

El crecimiento del grupo se disparó hasta consolidar un imperio económico que en 1991 se unificó con el nacimiento de Terminal Catalunya. Queda en el debe de Mestre Monforte y de sus tres hijos, Juan, Rogelio y José, su participación en sucesos como las huelgas en la estiba de los ochenta, en las que supo navegar bien de la mano del sindicalista Julián García, dejando incluso de apoyar a Anesco y buscando su propio interés. En lamemoria de losmuelles está su vinculación en 1981 a una serie de robos de latón destinados a fábricas de guerra iraníes en la dársena catalana.

Aquí se inicia la carrera empresarial de José Mestre Fernández. Su figura toma elevado protagonismo, por encima de la de sus hermanos, ya que el joven empresario se responsabilizó en una carta, antes de huir a Francia, de los robos que la policía vinculaba al padre, según informó en aquella época el rotativo La Vanguardia. Por aquel suceso el puerto de Barcelona impuso una multa a Sammer e inhabilitó a perpetuidad para cualquier cargo directivo en estibadoras a JoséMestre Fernández.

Aquel acuerdo del consejo de administración del puerto catalán fue, años después, superado, ya queMestre volvió a la primera línea portuaria en mayo de 1996 tras presentar una denuncia contra el entonces ya ex presidente del puerto de Barcelona, José Munné, por malversación de caudales públicos. Esemismo año estalla “la guerra de las terminales” en Barcelona. JoséMestre inicia una serie de refriegas judiciales contra la Autoridad Portuaria para anular la exclusiva que se le había otorgado a TCB en el tráfico de contenedores de la dársena. Un hecho quemotivó querellas cruzadas y finalizó con la autorización a Mestre para operar en igualdad de condiciones que TCB, obteniendo la superficie del Muelle Príncipe de España para sus actividades.

Tras el cese de las hostilidades, el grupo salvó el ofrecimiento de constructoras como Dragados-SPL interesada en sus activos. Con la presidencia de Coello, Mestre vuelve a escena tras hacerse con el concurso para la gestión de la terminal del Muelle Prat. Su adjudicación supuso la venta del 70%de Tercat a Hutchison. “Fue algo que se tuvo que hacer así para optar a la nueva terminal.

Si no, nunca hubiéramos aceptado quedarnos sólo con un 30 por ciento de la compañía”, declaró años después el patriarca de los Mestre. Meses después, el 1 de enero de 2007, parte del muelle Prat se hundió, lo que congeló tres años los planes de inversión de Tercat. Y ahora, con la detención deMestre, surge la duda sobre del valor de las accionares que tiene la familia en Tercat. Queda claro que la imputación policial a Mestre marcará un antes y un después en su imperio empresarial.

En la cárcel como presunto cabecilla de la red

Las pruebas contra el empresario y ex director general de Tercat, en prisión sin fianza por un delito de tráfico de estupefacientes, “son consistentes”, según fuentes policiales

El ex director general de Tercat, José Mestre, ha sido detenido como uno de los presuntos cabecillas españoles de la red de narcotráfico internacional que pretendía convertir el puerto de Barcelona en puerta de entrada de grandes cantidades de cocaína procedente de Sudamérica. José Mestre está en prisión sin fianza en la Modelo

El empresario José Mestre Fernández, ex director general de Tercat, ha sido detenido como uno de los presuntos cabecillas españoles de la red de narcotráfico internacional que pretendía convertir el puerto de Barcelona en puerta de entrada de grandes cantidades de cocaína procedente de Sudamérica, a través de contenedores. Al cierre de esta edición, José Mestre, 53 años, permanecía en prisión incondicional, sin fianza, con otros 14 detenidos en la Operación Guadaña. Ocho son españoles (uno nacido en Alemania con pasaporte español), seis colombianos y uno mexicano.

Además de José Mestre, hay otro empresario español implicado, que disponía también de un importante entramado empresarial para dar cobertura comercial legal a las importaciones de estupefacientes. Se trata de Higinio Alonso, según publica ‘El País’. José Mestre permanece en la prisión Modelo de Barcelona por orden del juez Fernando Grande Marlaska, tras declarar en la Audiencia Nacional.

Las pruebas contra José Mestre “son consistentes”, señalaron fuentes policiales a TRANSPORTE XXI. Las pesquisas se iniciaron en agosto del pasado año, cuando la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional empezó a investigar a una red de narcotraficantes que pretendía introducir importantes cantidades de droga en España. Los agentes identificaron a un individuo sudamericano que contactó con el empresario español Higinio Alonso que, supuestamente, puso su complejo empresarial a disposición de los narcotraficantes para dar cobertura a la importación de la cocaína.

El empresario es propietario de una empresa de chatarrería, sin actividad comercial. Durante los primeros meses de este año, los implicados en la investigación mantuvieron diversos contactos tanto en Panamá como en España. “El objetivo era ultimar los detalles de la importación y comprobar que la infraestructura empresarial y logística necesaria para realizar los envíos, así como el transporte, el almacenaje y posterior distribución de estupefacientes estaba preparada”, señala el comunicado policial. El pasado mayo, un narco se desplazó a España para entrevistarse con otro empresario.

Y es cuando entró en escena José Mestre, hasta su detención, director general de la principal terminal de contenedores del puerto de Barcelona y conocido en la red de narcotráfico con el apodo de Don. La organización ya disponía de toda la infraestructura necesaria para llevar a cabo el envío: suministradores, empresa fantasma para importar los contenedores con la droga oculta, el transporte y el almacenaje posterior, “controlando, además, la actividad portuaria”. Para comprobar el funcionamiento del engranaje, la red de narcos hizo dos envíos de contenedores con carga legal.

Como la logística funcionó a la perfección, realizó otro envío de dos contenedores procedentes de Panamá cargados con 25 toneladas de chatarra, eso sí, esta vez uno incluía 202 kilogramos de cocaína pura. El 22 de junio, agentes de la Udyco (Unidad de Droga y Crimen Organizado) del Cuerpo Nacional de Policía se personaron en las instalaciones de Tercat en el puerto de Barcelona para interceptar los contenedores. En presencia de José Mestre, los agentes abrieron los contenedores y buscaron la droga hasta que dieron con ella. La cocaína estaba oculta en bolsas de deporte entre las 25 toneladas de amasijos de chatarra.

Luego, la policía registró la casa de José Mestre, ubicada en Pedralbes, en la zona alta de Barcelona, donde encontraron cuadros de Picasso y Miró, y coches de gama alta (un Rolls Royce, un Mercedes SLR McLaren y otro todoterreno, un Porsche Cayenne, un Range Rover y cuatro Smart). Más que por la cantidad del alijo aprehendido, la operación es importante porque “han caído los niveles altos de la trama y se ha abortado una puerta de entrada de droga en España”, señalaron fuentes policiales. La operación, que continúa abierta y está bajo secreto de sumario, es dirigida por el titular del juzgado central de instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, Francisco Andreu, y por la Fiscalía Especial Antidroga.

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