Reportaje  | 

Observatorio del Transporte de Mercancías por Carretera de Fomento

La ‘travesía por el desierto’ de la carretera


La flota de transporte crece un 2% en 2011 tras desplomarse un 12% en 2010, lo que confirma un punto de inflexión en su tendencia, aunque sigue el goteo de empresas que echan el cierre.

El transporte de mercancías por carretera, un buen termómetro para tomar la temperatura de la economía del país, continúa su “travesía por el desierto”. Pese a retomar, contra todo pronóstico, la senda del crecimiento en el año 2010 -cerca de un 5 por ciento, según el avance de la encuesta anual de TRANSPORTE XXI-, empresarios del sector coinciden al señalar que “aún queda mucha arena por delante”. Las previsiones, de hecho, no ayudan a despejar incertidumbres. Los duros ajustes para combatir el déficit público y la crisis económica, que han hundido la demanda nacional, entierran los ‘brotes verdes’ y acercan, de nuevo, los fantasmas de una segunda recesión. El panorama es desolador y, en efecto, pintan bastos en el sector, aunque hay margen para la esperanza. Los últimos datos de actividad adelantados a este periódico por Fomento confirman el cambio de tendencia iniciado en 2011, lo que permite vislumbrar un poco de luz entre los negros nubarrones.

Las cifras del Departamento que dirige la ministra Ana Pastor así lo atestiguan (ver gráficos adjuntos). Es cierto que continúa el goteo incesante de empresas abocadas a echar la persiana, más acentuado en la segunda mitad del año, pero se ha logrado poner freno a la sangría de los últimos tres años, tras el estallido de la crisis, en los que desaparecieron del mercado más de 16.000 empresas. El 1 de enero de 2012 operaban 104.872 empresas en el mercado de transporte por carretera. Es decir, sólo 458 menos que a principios del pasado año, muy lejos de las cerca de 9.000 empresas que se quedaron en el camino en 2010.

Además, la flota de transporte creció cerca de un 2 por ciento, con un total de 338.543 autorizaciones de vehículos pesados y ligeros, tras desplomarse casi un 12 por ciento en 2010, año de visado de tarjetas. Las cifras, en este sentido, pueden resultar engañosas y habrá que esperar hasta finales de 2013 -límite fijado por Fomento para rehabilitar las tarjetas de los vehículos inactivos-, para ver el verdadero alcance de la crisis, ya que para realizar dicho trámite es necesario cumplir una serie de requisitos, como estar al corriente de los pagos en la Seguridad Social, lo que desvirtúa, sin duda, esta comparativa.

De hecho, empresarios del sector afirman que “muchas empresas tienen la flota de camiones parada sin conductores, porque es más rentable pagar una cuota de leasing en un vehículo parado que tenerlo circulando con un conductor”. El Observatorio de Fomento también refleja que la crisis se cebó, sobre todo, en el sector pesado, que representa el 65 por ciento del mercado en cuanto a número de empresas. En concreto, a principios de 2012 había 68.311 empresas, es decir, 275 sociedades menos que un año antes, lo que supone una ligera caída del 0,4 por ciento. Por el contrario, el transporte ligero ganó terreno tras cerrar el año con 235 compañías más. En total, 46.523, con un crecimiento del 0,5 por ciento. Los grandes damnificados por la coyuntura económica fueron, una vez más, las pymes del sector y los transportistas autónomos.

Según la estadística de Fomento, en el transporte pesado, que acapara el 72,4 por ciento de las tarjetas de vehículos de servicio público, la mayor criba se ha producido en las empresas que tienen entre una y tres autorizaciones, con un descenso del 1,1 por ciento, mientras que las empresas con más de tres tarjetas crecieron un 2 por ciento, aunque sólo representan cerca del 23 por ciento del total de compañías de este segmento. Por el contrario, en el sector ligero, la merma de empresas sólo tuvo lugar entre las que gestionan una única autorización, que representan más del 66 por ciento del total, y las que cuentan con más de 60 tarjetas, aunque éstas sólo suponen el 0,5 por ciento.

DISTRIBUCIÓN DE LAS TARJETAS
Por zonas geográficas, el incremento de la flota de vehículos, más acentuado en el transporte ligero, fue generalizado, con alguna excepción, caso de La Rioja (-1 por ciento), lo que permitió recuperar parte del terreno perdido en los últimos años, aunque muy lejos aún de los registros anteriores a la crisis.Así, las comunidades autónomas de Andalucía, Cataluña, Madrid, Murcia, País Vasco y Comunidad Valenciana, que fueron las más golpeadas por la fuerte caída de la actividad, con una pérdida de casi 30.000 autorizaciones sólo en 2010, año de visado, sumaron 5.277 tarjetas más el pasado año, lo que representa un crecimiento del 2,5 por ciento. Los aumentos registrados en estos emplazamientos, que acaparan más del 60 por ciento de la flota, se situaron en una horquilla que osciló entre el 0,3 por ciento del País Vasco y el 7 por ciento de Murcia. Las regiones de Castilla-La Mancha y Castilla y León, con un total de 44.650 autorizaciones, también crecieron un 2,7 y un 2,1 por ciento, respectivamente, a lo largo del pasado año.

Los empresarios del sector consultados por este periódico creen que esta ligera recuperación del número de autorizaciones, aún en niveles del año 2006, responde más a la concentración de la oferta, como consecuencia de la sangría de empresas que abandonaron su actividad asfixiadas por la crisis, que al aumento de la actividad del transporte por carretera en vehículos pesados.

De hecho, a falta de los datos oficiales del cierre de 2011, las cifras del Ministerio de Fomento, sitúan en el 3,7 por ciento la caída de las toneladas transportadas en el tercer trimestre del pasado año, con respecto al mismo trimestre del ejercicio anterior, tras caer cerca de un 6 por ciento en el año 2010. Por su parte, las toneladas-kilómetro producidas, que cayeron un 3,7 por ciento en el segundo trimestre de 2011, registraron un ligero avance del 1 por ciento en los tres meses siguientes. Las cifras no son para tirar cohetes, pero, por lo menos, como puede apreciarse en el gráfico que acompaña esta información, están muy lejos de los registros de 2009. En dicho ejercicio, la crisis provocó una brusca caída de la actividad, que hizo un roto al sector.

Las toneladas transportadas experimentaron un descenso próximo al 15 por ciento, mientras que las toneladas-kilómetro producidas disminuyeron un 12,1 por ciento. Unos datos que avalan la opinión generalizada del sector, que no atribuye el crecimiento de la cifra de negocio al incremento de la actividad, sino a un mayor equilibrio entre oferta y demanda, junto al tirón de las exportaciones, una de las pocas alegrías de la economía. Además, también entra en juego la fuerte escalada de los precios del gasóleo, así como el hecho de que las mercancías se transportasen más lejos, que incidió positivamente en la cifra de ventas y producción del sector, que, pese a todo, sigue con la soga al cuello.

La crisis pasa una gruesa factura al transportista autónomo, el eslabón más débil

El transportista autónomo, el eslabón más débil de la cadena, se ha convertido en la gran víctima de la crisis. Los últimos datos adelantados a este periódico por Fomento son demoledores. El mercado tenía el 1 de enero de 2012 un total de 1.361 empresas menos en el segmento de transporte pesado que operaban bajo esta forma jurídica y casi medio millar en el sector ligero, lo que supone una caída del 2,9 y 1,3 por ciento respectivamente (ver gráficos adjuntos). Y es que a la falta de actividad, hay que sumar la dificultad para acceder a créditos, más acuciada en las pequeñas empresas, y el aumento de la morosidad, que ha puesto al sector contra las cuerdas.

Una realidad que ya quedó retratada en la estadística de las Juntas Arbitrales de Transporte, que recibieron un total de 6.448 demandas de contratos de transporte de mercancías en 2010, de las que 5.669 correspondieron a impago de portes, lo que representa cerca del 90 por ciento. Un registro que, pese a suponer una caída del 13 por ciento con respecto a 2009, tras dispararse un 75 por ciento ese año, continúa siendo alarmante, ya que representan un aumento del 214 por ciento frente a 2007, ejercicio previo al estallido de la crisis.

El informe de Fomento también revela como el peso de los autónomos disminuye en el sector, aunque su presencia sigue siendo especialmente relevante. Así, en el transporte pesado, las empresas que operan bajo esta forma jurídica en poder de entre una y tres autorizaciones ascienden a un total de 40.341, lo que supone más del 60 por ciento del total de empresas.

A principios de 2009, tras el estallido de la crisis, había 46.119 empresas que tenían entre una y tres autorizaciones, lo que supone un descenso del 12,5 por ciento. Por el contrario, las mercantiles con personalidad jurídica aguantan mejor el temporal y su número aumentó en los últimos ejercicios. El pasado año, en concreto, las empresas que operan bajo esta forma jurídica aumentaron un 4,8 por ciento en el transporte pesado y un 5,3 por ciento en el sector ligero.

También destaca, en este sentido, la evolución de las cooperativas, que crecieron un 7,3 por ciento en pesado y un 6,9 por ciento en el segmento ligero, aumentando ligeramente su presencia en el mercado. En 2011, las 487 cooperativas de transporte pesado y las 325 de ligero representaban el 0,71 y el 0,69 por ciento, respectivamente, del total de empresas. En 2007, las cooperativas suponían el 0,62 de las empresas de transporte pesado y el 0,62 del sector ligero.

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