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La ZAL de Barcelona, punta de lanza en sostenibilidad

La plataforma, de casi un millón de metros cuadrados de superficie y con el cártel de completo, es el proyecto europeo más grande de parque fotovoltaico sobre cubierta de Europa con una inversión estimada de 24 millones.

La Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto de Barcelona es actualmente el proyecto de parque fotovoltaico sobre cubierta más grande de Europa con una inversión prevista de unos 24 millones de euros por parte de Cilsa, la sociedad gestora de la plataforma participada por la Autoridad Portuaria de Barcelona (51,5 por ciento) y Merlin Properties (48,5 por ciento).

Representantes del puerto de Barcelona, con Lluís Salvado, de Merlin Properties, con Ismael Clemente, y el director general de Cilsa, Jordi Guerrero.
Representantes de la Autoridad Portuaria de Barcelona, con Lluís Salvado, de Merlin Properties, con Ismael Clemente, y el  director general de Cilsa, Jordi Guerrero.

Una vez entren en funcionamiento todas las instalaciones fotovoltaicas en la cubiertas de las naves, dentro de tres años, Cilsa habrá instalado 40MWp de potencia que generarán 50.000 MWh/año de electricidad, el equivalente al consumo anual de 41.250 personas.

La primera fase del proyecto ya ha comenzado con la instalación de  placas en la nave de Decathlon. Se trata de una instalación para autoconsumo compartido que ocupa 91.692 metros cuadrados, el equivalente a 15 campos de fútbol. Cilsa invierte seis millones de euros en esta primera fase, que culminará en el primer trimestre del próximo año. La energía generada permitirá el ahorro de 2.465 toneladas de emisiones de CO2 anuales, en otras palabras, las emisiones de 725 automóviles en un año en una zona urbana.

El proyecto continuará con la instalación de platas fotovoltaicas en otras naves aptas de la ZAL. El parque fotovoltaico permitirá no solo ser autosuficiente energéticamente a la plataforma logística. Además, se generará energía verde destinada al consumo de empresas próximas de la comunidad portuaria y del propio puerto.

El proyecto supone una inversión cuyo objetivo “no es el retorno económico, el vector es de carácter ambiental y de modelo de gestión”, señaló ayer Lluís Salvadó, presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona, en la presentación de la iniciativa. La instalación fotovoltaica es “una nueva muestra del compromiso del Puerto de Barcelona y de toda la comunidad portuaria con la descarbonización”, añadió.

La ZAL del puerto de Barcelona suma un millón de metros cuadrados de naves logísticas que ocupan 101 inquilinos y con el cartel prácticamente de ‘completo’ desde que culminó, hace dos años, la última fase. El poco espacio libre que queda, poco más del 3 por ciento, Cilsa lo tiene reservado para necesidades de sus inquilinos.