Editorial  | 

Pedro Sánchez no sabe, no contesta

Las empresas están sufriendo ya las consecuencias de la paralización económica, con fuertes caídas de actividad en nichos como el textil o la automoción.

La frase “no se va a dejar a nadie atrás” se ha convertido en una especie de mantra del Gobierno español. Pero una mentira mil veces repetida no se convierte en verdad. Urge pasar de las palabras a los hechos.

Entre los sectores que ya están en una situación límite se encuentra el transporte por carretera, que lleva tiempo exigiendo “medidas de urgencia” para garantizar la supervivencia de las empresas. A estas alturas, sin embargo, sigue la callada por respuesta. El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, no sabe, no contesta. Un desconocimiento muy preocupante sobre una actividad esencial en plena pandemia, clave para que la rueda de la economía y el empleo siga girando. El propio ministro del ramo, José Luis Ábalos, reconoció públicamente el esfuerzo del sector en esta difícil coyuntura. Gracias, y punto. El Gobierno, incluso, dice que “el transporte está funcionando con normalidad y no requiere medidas normativas añadidas”.

Nada más lejos de la realidad. Las empresas están sufriendo ya las consecuencias de la paralización económica, con fuertes caídas de actividad en nichos como el textil o la automoción, lo que está poniendo en serio riesgo su viabilidad. Además, los transportistas están desarrollando su trabajo en condiciones extremas. No solo por la falta de medidas de protección ante el coronavirus, sino que también están al límite de su aguante financiero, ya que debido a la dificultad de conseguir cargas de retorno, se están aumentando los kilómetros en vacío y los tiempos de espera, lo que está pasando factura a la rentabilidad.

Harían bien los responsables técnicos de la gestión de la crisis en quitarse la venda de los ojos. Las empresas y los trabajadores de la logística, transporte y reparto están siendo claves en esta alarma sanitaria y lo van a ser también en la fase de reconstrucción. De momento, el sector se está quedando atrás. Menos aplausos y más acción. El transporte no puede parar.

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