Pequeño Hermano  | 

Presas

Las presas del siglo XXI son los portacontenedores… y los consumidores

El capitán Aubrey, el héroe de las novelas del irlandés Patrick O´Brian, arengaba a su tripulación antes del abordaje con un discurso nacionalista inglés trufado de insultos a Napoleón. Pero su última inflama, la más ardorosa, era: “¡Por la presa!”. El salario de un capitán de la Royal Navy en el siglo XIX rozaba el hambre, pero las “comisiones” por apresar barcos enemigos eran millonarias. Nuestro “Afortunado” Aubrey fue Blas de Lezo, un “pro” que a pesar de apresar muchos barcos ingleses despertaba la admiración de sus enemigos, precisamente por eso. Y es que el siervo del Rey de España tenía su dinero a recaudo en un banco… de Londres.

Los marinos temen dos cosas: la costa a sotavento y la niebla a proa. Pero no en los despachos. Muchas veces es hasta deseable. La huelga de estibadores en EE.UU. terminó tres días después de haber paralizado todos los puertos desde Texas hasta Maine. Lo que no está claro es qué han acordado. Ni el sagrado New York Times es capaz de describir el contenido de los pactos. Habla el diario de un aumento del ¡62%! de salarios, pero luego se contradice y asegura que esto supone pasar de 39 dólares por hora a 63, y en la siguiente línea que un estibador gringo gana entre 100.000 y 200.000 dólares al año. No me salen las cuentas.

El acuerdo secreto, además, es hasta el 15 de enero, con nuevo inquilino en la Casa Blanca. No han negociado el habitual “contrato” a seis años, solo se han dado una tregua.

Seguiremos sin saber cuánto cobra un estibador en Baltimore. Pero no pasa nada. Por aquí, en las sociedades de estiba, calma chicha. Bueno, ya veremos. Porque hoy sigue habiendo mucha presa en el mar, pero ahora no son galeones, son portacontenedores y, ya en tierra, consumidores.

N. del A.: Patrick O´Brian se llamaba Richard P. Russ y no era irlandés, era un “perro inglés” de Buckinghamshire. Como decía, niebla a proa.

Javier Miranda Descalzo

javier.miranda@grupoxxi.com