La rosca  | 

Aplausos

Por fin se reconoce el carácter estratégico del transporte de mercancías ¡Ojalá no sea flor de un día!

Ha hecho falta una pandemia de dimensiones apocalípticas, que mantiene en vilo a al mundo entero, para dar visibilidad a la ingente labor que realizan los transportistas, su día a día particular, desapercibido hasta ahora. Han pasado de villanos a héroes en un abrir y cerrar de ojos. La sociedad en su conjunto ha empezado a interiorizar, por ejemplo, que los productos en los lineales de las superficies comerciales no aparecen por arte de magia al hacer la compra, sino que hay toda una cadena logística por detrás muy bien engrasada. Aunque los que llevamos ya más de un cuarto de siglo en esto de informar sobre la actividad del sector, y algo sabemos de transporte, mi aplauso más solidario desde el ‘balcón’ de esta columna a todos los profesionales que están al pie del cañón para que el mundo no se pare. Aplauso que, como no puede ser de otra manera, hago extensivo a tantos otros colectivos que están haciendo lo imposible para hacer frente al coronavirus.

Las mercancías, siempre olvidadas por los políticos de turno, por aquello de que no votan, han pasado a ocupar un lugar destacado. La distribución de mascarillas, material sanitario, alimentos de primera necesidad o materias primas para no romper las líneas de producción de actividades esenciales es más crucial que nunca. No es de extrañar, por tanto, que la CE, tan acostumbrada a poner trabas al transporte internacional, enarbolando dudosas banderas en su cruzada contra el dumping o la competencia desleal, ahora pide a los países reducir al máximo los controles en frontera para agilizar el paso de camiones a través de ‘corredores verdes’. El transporte por carretera hace bien en aprovechar la coyuntura para reivindicar su papel. Y es que, en esta difícil coyuntura, el sector ha pasado de estar en boca de todos porque contamina, provoca accidentes y atascos a que se reconozca su carácter estratégico para el desarrollo de la economía. ¡Ojalá no sea solo flor de un día! Su labor es vital.