Caso práctico  | 

Crece el fraude

La coyuntura actual despierta el apetito de defraudadores y ladrones de mercancía utilizando distintos medios

El uso de teletrabajo, las restricciones de tránsito, y las dificultades operativas que atraviesan las empresas y el transporte ha despertado el apetito de defraudadores y ladrones de mercancía utilizando distintos medios que podemos recordar.

Un tipo de fraude se encuentra en el desvío de fondos. Cualquiera que tiene acceso a los documentos puede inmiscuirse en la comunicación con el comprador o importador, hacerse pasar por el vendedor y exigir un pago urgente a una cuenta bancaria distinta de la inicial, normalmente a cambio de los conocimientos de embarque, no faltan motivos de urgencia o de excepcionalidad para solicitar un pago inmediato. Otra modalidad de desvío de fondos se practica utilizando la cadena de organización de una empresa. El defraudador que conoce de la operación se hace pasar por alto ejecutivo de la empresa para solicitar el pago de una mercancía o de un flete de forma urgente en relación a una operación concreta a una cuenta bancaria. Todo mensaje de pago urgente debe ser visto con cautela y requiere verificar su origen.

Resurgen defraudadores ya tradicionales que suplantan páginas web para simular la posibilidad de un transporte, presentarse a la carga, y desaparece después con la mercancía. No hay que bajar la guardia.

Se ha detectado la aparición de métodos tradicionales en el desvío de camiones. Es el caso del ladrón que se hace pasar por el destinatario, se coloca en las proximidades del destino y se acerca al conductor para darle instrucciones de dirigir el vehículo a otro almacén de destino. Se le explica al conductor que el destino inicial está cerrado por medidas sanitarias y se le lleva a un almacén con carácter provisional, lo cual explica la falta de distintivos y de personal. En otros casos, la restricción de accesos y tránsitos da lugar a que los conductores de los camiones se vean obligados a realizar paradas imprevistas en la proximidad de puertos, grandes almacenes logísticos y polígonos industriales, allí se concentran los habituales conocedores del lugar para proceder al asalto del remolque normalmente con nocturnidad y robar la mercancía. La continua comunicación con destinatarios y la propia empresa es fundamental para evitar la sustracción en estos casos.

Juan Ignacio Beitia
jibeitia@sarenet.es