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Devoluciones navideñas

Lidiar con la logística inversa no es fácil, pero supone un valor añadido para aquellas empresas que la integran en su ADN

Hemos cerrado una Navidad en la que se han gestionado cerca de 106 millones de envíos, una cifra que le ha exigido al sector una enorme inversión en tecnología y capital humano. Como cada temporada, la campaña navideña ha traído consigo una avalancha de devoluciones masivas, que este año han rondado el 30%, según estimaciones de la patronal UNO.

El progresivo incremento del ecommerce y la crisis de suministros de 2021 han impactado directamente sobre el comportamiento de los clientes. Estos, ante la posibilidad de que escaseasen los productos o no hubiese suficiente stock, han recurrido más que nunca a adquirir varios de ellos para, posteriormente, devolver aquellos que no necesitaban. A su vez, las empresas del sector también han sufrido este impacto pues, aunque la logística inversa ya forma parte de los procesos de las mismas, su incremento exige seguir readaptando espacios y la operativa diaria, con el objetivo de poder anticiparse a las demandas variables del consumidor antes, durante y después del proceso de entrega.

Lidiar con la logística inversa no es fácil, pero supone un valor añadido para aquellas empresas que la integran en su ADN, pues está demostrado que más del 66% de los consumidores se fijan en la política de devoluciones a la hora de comprar un producto. Por ello, facilitar dicho proceso y agilizarlo al máximo, representa una ventaja competitiva para el cliente.

Para hacer frente al aumento de las devoluciones, que en 2020 se situaron en cerca del 28%, el sector ha echado mano de la innovación y automatización de procesos. Las empresas se apoyan en la tecnología para monitorizar las zonas y estudiar qué clientes son los que más devoluciones realizan, permitiendo predecir la demanda y reaccionar a su volatilidad.

Francisco Aranda

presidencia@unologistica.org