Opinión  | 

El tren, un superviviente ante el caos y la incertidumbre logística

Jose Ruiz. Sales Executive en Intermodal Forwarding, Grupo VASCO

Aumentar la capacidad de carga y de transporte, es la asignatura pendiente

Hace unos años, el sector de la logística no era consciente de la suerte que tenía. Si algo nos identificaba a los forwarders que trabajamos con transporte terrestre internacional era la planificación. Como si de un juego de estrategia y posicionamiento se tratara, era casi exacta y la carga de nuestros clientes estaba más que garantizada. Las conversaciones entre cargador y transportista se limitaban a un presupuesto.

La magia estaba en el tender. Las competiciones deportivas preparan un sorteo de equipos, pero en logística tenemos los llamados ‘tenders’. Antes de empezar el nuevo año, se licitaban los transportes de los cargadores. Los transportistas hacían su oferta para cubrir las necesidades del cargador. Estos tenders eran nuestro mejor aliado. Se analizaban precios, prestaciones y confianza en un sector tan delicado como el logístico. A partir de la segunda o tercera ronda, negociábamos un ajuste económico, nos dábamos la mano. Y entonces sí, comenzaba el ciclo logístico. La capacidad se daba por segura, salvo en contadas ocasiones. Y así, como el ciclo de la vida, se cerraba un ciclo año tras año.

Pero llegó la pandemia… La crisis del coronavirus rompió las cadenas de suministro tal y como las conocíamos. Una industria altamente productiva, que trabaja a volumen, se vio muy afectada. Fallan predicciones, el balance de cargas import/export se desequilibra. La falta de chóferes se empieza a notar más y, por tanto, la capacidad se ve afectada. Y, por si fuera poco, en febrero de 2022, además, entra en vigor el pack de movilidad de la Unión Europea. Pocas semanas después, comienza la guerra en Ucrania y los precios de la energía y del combustible se disparan. Casi nada. Dos años en los que la ciudadanía, por fin, es consciente de la importancia de la logística y la cadena de suministro para trabajar, disfrutar, obtener recursos y, en definitiva, mantener la competitividad de nuestras ciudades y negocios.

Y ahora, ¿qué hacemos con nuestro modelo de tenders? Como en un apocalipsis zombi, es posible que no haya ningún tender 2022 vigente con los precios que se acordaron hace unos meses. Es incluso bastante probable que se hayan actualizado los precios varias veces. Ahora solo trabajamos por la supervivencia a corto plazo.

El mercado ha pasado a ser spot en un porcentaje alto. Los precios de las cargas van cambiando prácticamente a diario, según evoluciona la situación del combustible y la capacidad de carga. Vivimos la tensión de nuestro cliente en nuestra propia empresa. Los días de carga marcados son orientativos y cambian en función de la disponibilidad de camiones. Y como consecuencia de todo esto, los presupuestos de transporte de los cargadores se han disparado. Si ya nos sentíamos acompañantes de nuestros clientes, ahora, aún más. Nos toca remar juntos.

¿Qué pasará en los próximos meses? ¿Qué solución hay? La inestabilidad en los precios del combustible, la falta de transportistas y el desequilibrio entre oferta y demanda, hacen indicar que los próximos meses seguiremos con la misma dinámica. Todo apunta a que tenemos que acostumbrarnos a trabajar en este nuevo contexto de incertidumbre. La alternativa, como suele ocurrir, está en las oportunidades de espacio a las que seguramente, no mirábamos con tanto amor.

El tren nos mira con ojos de ilusión y tenemos que ser capaces de aprovechar esta oportunidad a través del conocimiento logístico y de las personas que trabajamos en este sector. Tanto desde la Unión Europea como desde España, existen planes de inversión con objetivos ambiciosos para aumentar el uso del tren de mercancías. El argumento de la sostenibilidad ambiental está más que comprobado. Aumentar la capacidad de carga y de transporte, es la asignatura pendiente. Y supone un reto: lastramos falta de inversiones pasadas en infraestructuras, el cambio de ancho de vía, o el que más afecta en la actualidad, la subida del precio del combustible y de la electricidad. Pero sobreviviremos, es una de las soluciones que, sin duda, sé que mejorarán el presente del transporte. No dejemos que esta oportunidad pase nuevamente de parada y perdamos, justamente, este tren.