El Catalejo  | 

El verso de Sagunto

Aquel que quiera crecer de forma competitiva en el Mediterráneo tendrá que enclavar sus negocios en el puerto de Sagunto

Tengo que confesar una simpatía especial por Sagunto y su puerto. El enclave tuvo en su reciente historia días de ruina y éxito. Del ‘puerto del acero’ a hub gasístico, pasando por la inolvidable Temarsa, desacertada como terminal frutera. De ahí a ser emergente foco de desarrollo de negocios en el contenedor y el automóvil, sin descuidar, el granel sólido. Un enclave multipropósito, industrial, sólido aspirante a megapuerto.

Hace años, Joaquim Coello, en sus días como presidente del puerto de Barcelona, me confesó: “nunca podremos competir en espacios con Sagunto”. “Ni en precios”, le maticé. Por eso tengo claro que aquel que quiera crecer, de forma competitiva, en el Mediterráneo, tendrá que enclavar sus negocios en Sagunto. Y es que tras la adjudicación de la dársena norte de Valencia, Sagunto es el futuro en la zona. De ahí que el equipo de Aurelio Martínez retome las viejas cajas de su ampliación, cuya tercera dársena fue ideada hace dos décadas. Serán 600 millones de euros de inversión.

Echando la vista atrás, el pistoletazo de las obras de la segunda dársena, hoy prácticamente operativa, lo llevó a cabo José María Aznar siendo presidente del Gobierno el 1 de octubre de 2002. El discurso de Francisco Alvarez-Cascos, su ministro de Fomento, entre piedras y fanfarrias, está en mis recuerdos de aquella tarde: las inversiones son “un verso más del poema completo que está realizando el Gobierno”. El verso sigue en ebullición, bajo el esfuerzo de empresas como InterSagunto, Noatum, Saggas, Toyota y Bergé, la estrategia de navieras como Grimaldi, o la fidelidad de cargadores como ArcelorMittal y Fertiberia, a los que se unirán flujos de Inditex, Mercadona y la retahíla de proveedores de ambos en Parc Sagunt. Solo falta el enlace ferroviario y su conectividad en doble ancho a Europa y la Península. Sagunto tiene vía libre para ser un núcleo logístico de envergadura en el corazón del Mediterráneo

Antonio Martínez
valencia@grupoxxi.com