La velocidad del mar

Los armadores enfilan la proa para acelerar la cadena de suministro, incluso con compromisos de entrega de 24 horas al llegar a puerto

Si en anteriores tormentas económicas, los armadores ya habían procedido a ajustar sus servicios para lograr cierta salud financiera a largo plazo, el Covid-19 ha vuelto a sacar a la palestra el tema de la velocidad del mar. El gran objetivo de los megacarriers es compatibilizar las frecuencias de sus servicios a la logística del cargador. Algo que no siempre tiene éxito.

Asistimos a un periodo inédito e histórico de cancelación de escalas (blank sailings) por parte de las tres alianzas mundiales. Maersk Line y MSC, en su consorcio 2M, hicieron 88 viajes en blanco en el primer trimestre, mientras que la Ocean Alliance canceló 104 viajes y The Alliance dejó de operar 99 salidas, según los datos de la consultora Sea-Intelligence. Entre los tres consorcios marítimos retiraron una bodega de 3,3 millones de TEUs, situación que tenderá a extenderse en los próximos meses, de acuerdo a las previsiones de los analistas fruto del debilitamiento de la economía mundial.

Navegamos hacia una desorbitada e incierta crisis de consumo. Los puertos españoles están notando el golpe de esta crisis. ¿Pasaremos de los ERTEs en las empresas de transporte y transitarias, a ver regulaciones de empleo entre los estibadores? El tiempo dirá. Mientras tanto, la batalla se vive en el mar. Los armadores enfilan la proa para acelerar entregas, un rumbo que redefinirá el número de escalas en las rutas, incluso con compromisos de entrega de 24 horas al llegar un buque a puerto y reduciendo los tiempos de tránsito de sus servicios ‘extremo a extremo’. No se trata de acelerar la velocidad del buque, sino la operativa en tierra, porque van a flexibilizar la cadena de suministro, manteniendo la política de “slow steaming”, la navegación lenta, para seguir atenuando los costes de combustible. Para ello, las navieras ya están priorizando procesos de integración de la cadena de suministro en sus negocios. Todo un aviso de tormenta para los intermediarios.

Antonio Martínez
valencia@grupoxxi.com