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Neutralidad tecnológica

Debemos avanzar hacia una transición energética eficaz, inclusiva y justa

El pasado día 8 se votaban en Bruselas varios puntos del paquete ‘Fit For 55’, que es el plan de la Unión Europea para reducir el 55% de las emisiones de gas invernadero en 2030. Entre ellos, se encontraba la propuesta de obligar a las empresas de transporte por carretera a integrarse en el sistema de compra de certificados que compensen la emisión de CO2. No hubo acuerdo. En este caso para bien.

No estamos en contra de la descarbonización. En absoluto. Se trata de un objetivo fundamental en el que estamos focalizados. Nuestro sector viene realizando una gran apuesta por lograr, cuanto antes, el objetivo cero emisiones. Durante la última década, el transporte de mercancías las ha reducido más de un 20% por cada tonelada/kilómetro. Pero, antes de hacer propuestas que perjudiquen a un sector estratégico, los euroburócratas y políticos de salón deberían poner los pies en la tierra y conocer la economía real, lo que pasa en polígonos e industrias.

Desde la UE se ha defendido la neutralidad tecnológica, la libertad de elegir la tecnología más apropiada y adecuada para lograr cero emisiones, sin injerencias ni intervencionismo político. Por tanto, resulta paradójico que se esté obligando al transporte a la electrificación ¡porque sí!, sin tener en cuenta que la autonomía de las baterías todavía no supera los 180–200 kilómetros. Debemos avanzar hacia una transición energética eficaz, inclusiva y justa, que permita descarbonizar y elegir la energía más competitiva en cada momento y para cada modo. Ante esta evidencia, que deja claro que no se pueden poner todos los huevos en la cesta de la electrificación, cabe preguntarse: ¿por qué la aversión a promover tecnologías como los ecocombustibles? La respuesta, probablemente, tenga que ver con que penalizar la contaminación a golpe de impuesto sale muy a cuenta a algunos Estados.

Francisco Aranda

presidencia@unologistica.org