Diez años de lucha incesante para que finalmente se rechacen las malas prácticas y se abra la puerta al cambio
CBER, menudo acrónimo. He desayunado con él, he viajado con y para él, ha sido el protagonista de interminables reuniones, incluyendo discusiones acaloradas; también me he divertido, he llorado por su culpa, me he aburrido soberanamente, me he enojado y he aprendido mucho, también, gracias a él.
El CBER se ha convertido ya en un personaje ineludible en cualquier reunión o conferencia logística que se precie. Estas siglas han sido el causante de graves disrupciones: han fomentado la opacidad, el mal funcionamiento de las cadenas de transporte globales, la desconfianza logística e incluso la logística sin escrúpulos. Este acrónimo, invisible e intangible para la sociedad, se ha revelado manifiesto y palpable a tal nivel que ha cambiado la ética del consumo y ha inundado de paciencia las estanterías de productos de tiendas y puntos de venta.
Pero ya está, en abril de 2024… ¡Zasca!
Pero hasta que no finalice, podríamos cambiarle el significado y celebrar que ya se marcha de nuestras vidas. Tanto que hemos luchado para que se marchara, se merece una buena despedida. Igual que la marca ACME que nadie sabe lo que significa, pero se supone que es de calidad :). El CBER como acrónimo, podría ya transformarse en otro concepto más amable: Caduca el Beneficio Europeo Regulado, por no pensar en Cierra con Batacazo el Ecosistema Rinoceronte, por poner algo que nos arranque una sonrisa.
Diez años de lucha incesante, especialmente de los cargadores europeos desde nuestro lobby en Bruselas, European Shippers’ Council y Global Shippers’ Alliance, para que finalmente se rechacen las malas prácticas y se abra la puerta al cambio. ¿Podremos vivir sin este acrónimo? Llegarán nuevas tramas también interesantes, no os preocupéis: ETS, la taxonomía de las emisiones, IMO2023, será por temas.
Jordi Espín
jespin@transprime.es