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A la deriva

El transporte marítimo mundial, cuyo coste se ha disparado desde marzo de 2020, atraviesa una difícil situación

Estamos siendo testigos de la difícil situación por la que atraviesa el transporte marítimo mundial, que mueve alrededor del 90% de las mercancías y ha registrado desde marzo de 2020 un encarecimiento de los costes del 328%. Este dato está provocando el estrangulamiento de la cadena global de suministro, limitando las exportaciones e importaciones que dependen de los barcos y ralentizando el crecimiento de un comercio mundial que ha vivido, tras los meses más duros de pandemia, una sobredemanda sin precedentes.

A lo anterior, hay que sumarle el colapso en el Canal de Suez; o el que se ha producido recientemente en los puertos de China, principal fabricante del mundo y exportador, lo que se traduce en otro duro golpe de presión a nuestro sector en un año especialmente tenso. Esta radiografía, liderada por el sobrecoste de los fletes, la escasez de cajas y el aumento de la inflación en EE.UU. y Europa, debería invitarnos a la reflexión, pues pone de manifiesto la ultradependencia que tiene España de continentes como el asiático, conocido por sus bajos costes laborales.

Para acabar con esta tendencia, compartida por otros países, se está produciendo una revisión de las cadenas de suministro para establecer otros puntos de fabricación en zonas más próximas a la demanda. Un nuevo escenario para el que España, donde el transporte marítimo mueve alrededor del 80% de las mercancías internacionales, cuenta con una clara ventaja competitiva: su posición geoestratégica, muy atractiva para atraer nuevas industrias.

Con estos objetivos nace el Foro Español de Referencia Marítima, constituido por 13 organizaciones empresariales, entre las que está UNO. El objetivo es servir de interlocutor de los intereses de las empresas con las administraciones públicas, para trasladarles los problemas a los que se enfrenta un transporte marítimo que consideramos desordenado, imprevisible y opaco.

En todo caso, de nada servirán iniciativas privadas como esta, que buscan hacer de España un hub mundial de logística, si nuestro Gobierno sigue sin acometer medidas que impulsen la captación de inversiones industriales. Para esta labor sería interesante que la red de embajadas de España asumiera un papel más comercial.

Francisco Aranda

presidencia@unologistica.org