El Plan de Transición Energética, que involucra a toda la comunidad portuaria, contempla inversiones por un montante de 1.700 millones hasta 2040 para reducir un 85% las emisiones.
Port de Barcelona no quiere engancharse a un tren en marcha para reducir la huella ambiental de la actividad portuaria. Su objetivo es ser locomotora como lo ha demostrado con iniciativas como el Nexigen, el plan de electrificación de muelles. Y lo vuelve a demostrar con el Plan de Transición Energética, recogido en el último Plan Estratégico y que acaba de aprobar.

El plan involucra a toda la comunidad portuaria. Contempla inversiones en infraestructuras relacionadas con la transición energética por un montante de 1.700 millones de euros hasta 2040, año en el que la actividad portuaria habrá reducido el 80 por ciento de las emisiones de CO2 en comparación con 2017, según recoge el documento.
La iniciativa privada aportará 920 millones de los 1.700 millones, mientras que los fondos públicos en infraestructuras relacionadas ascenderán a 780 millones.
Hasta alcanzar la reducción del 80 por ciento de las emisiones, hay un objetivo intermedio, disminuirlas el 50 por ciento en 2030 en relación a 2017, mientras que a largo plazo el reto es llegar a ser un puerto neutro en 2050. El puerto debe recortar un millón de toneladas de CO2 en cinco años, entre 2025 y 2030, el equivalente a lo que emiten 240.000 coches al año, para lograr el objetivo intermedio del 50 por ciento.
El plan abarca tanto el lado marítimo, con iniciativas como la promoción de combustibles alternativos para la operativa de bunkering, como el lado tierra, como la apuesta por el ferrocarril, para reducir la huella ambiental. El Plan de Transición Energética contempla150 actuaciones agrupadas en cuatro ejes: descarbonización de la actividad portuaria, la sostenibilidad de consumo energético, la resiliencia para garantizar el suministro de energía y la innovación para facilitar el nacimiento de nuevos modelos de negocio y la adopción de tecnologías emergentes.
Las medidas contemplan objetivos concretos como que el 50 por ciento de la actividad portuaria esté electrificada y el 65 por ciento de las escalas de portacontenedores y cruceros se enchufen a los OPS (plan Nexigen) en 2030 o la producción de 100 MWp de energía fotovoltaica y de 100.000 toneladas de biocombustibles también en 2030. Además, el plan contempla otras iniciativas como facilitar los corredores marítimos verdes y el desarrollo de la economía del hidrógeno aprovechando iniciativas como el proyecto H2med promovido por Enagás.
El Plan de Transición Energética “es un cambio de paradigma en la forma de hacer del Port y de la comunidad portuaria que afecta a toda la actividad portuaria”, señaló José Alberto Carbonell, presidente de la Autoridad Portuaria, en la presentación de la iniciativa. “Somos ya un referente en algunos aspectos y queremos ser un referente más global” en el ámbito portuario de transición energética, añadió.
Además del plan Nexigen, que ya se está desarrollando, hay otras iniciativas que serán una realidad más pronto que tarde como una planta de generación de biometanol, que ya ha pasado el estudio de viabilidad, y otra instalación de metanol, que próximamente saldrá a concurso.
