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Biocombustibles en el transporte, oportunidad de país

Los combustibles renovables, en los que España atesora un gran potencial, podrían sustituir entre el 33% y el 58% de los carburantes fósiles utilizados en el sector en 2030, según un estudio de NTT Data.

Los combustibles renovables representan una oportunidad para acelerar la descarbonización del sector transporte y fortalecer el tejido industrial español. Así de contundente se mostró David Cuesta, director de NTT Data, en la presentación del informe ‘Combustibles renovables, una vía eficaz para la descarbonización del transporte’. El estudio elaborado por la consultora fue presentado en el marco de una jornada celebrada en Madrid por la Plataforma para los Combustibles Renovables.

“Considerando la disponibilidad de materias primas locales, los combustibles renovables podrían sustituir entre el 33 y el 58 por ciento de los combustibles fósiles utilizados en el transporte en el año 2030”, subrayó Cuesta.

España se encuentra entre los países europeos con mayor disponibilidad de residuos aprovechables para usos energéticos en 2030. La promoción de los combustibles renovables en España “permitiría la reducción de su dependencia energética, especialmente en el sector del transporte, a la vez que reduciría el nivel de emisiones de CO2 asociadas”, significó el director de NTT Data.

Por otro lado, la compatibilidad de los combustibles renovables con los motores de combustión interna permite reducir inmediatamente las emisiones sin tener que renovar anticipadamente el parque de vehículos. Además, ya son una realidad en España desde hace más de 20 años. En 2024 está establecido un objetivo mínimo obligatorio del 11 por ciento de biocombustibles en los carburantes de automoción y en 2022, último año con datos oficiales de consumo, los biocarburantes alcanzaron una cuota del 9,85 por ciento.

Javier Gándara, presidente de ALA; Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic; Javier Garat, secretario general de Cepesca; Laura Ojea, redactora jefe de El Español; y David Cuesta, director de NTT Data.
Javier Gándara, presidente de ALA; Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic; Javier Garat, secretario general de Cepesca; Laura Ojea, redactora jefe de El Español; y David Cuesta, director de NTT Data.

Mantener un vehículo con motor de combustión interna que no ha llegado al final de su vida útil tiene un coste total de propiedad (TCO, por sus siglas en inglés) hasta un 38 por ciento menor que su sustitución por un eléctrico, recordó el experto.

Otro aspecto a tener en cuenta es el de la fiscalidad. Los combustibles renovables se gravan con los mismos tipos impositivos de IVA e Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH) que los carburantes fósiles. Si se aplicara la tasa impositiva tipo cero a la fracción renovable de los carburantes, se podría reducir el coste total de propiedad del vehículo diésel en 5.000 euros, según el estudio.

Cuesta afirmó también que los costes para la Administración de la reducción de emisiones en el vehículo eléctrico oscilan entre los 450 y los 1.600 euros por tonelada de CO2 abatida, incluyendo ayudas directas y deducciones fiscales. En este sentido, medidas para mejorar la competitividad de los combustibles renovables, como reducir el IEH o aplicar un plan Renove, requerirían de un menor esfuerzo por tonelada de CO2 reducida, con valores entre 187 y 461 euros por tonelada de CO2 abatida.

A esto hay que sumarle que España cuenta con una de las industrias de refino más potentes de Europa, con ocho de las 80 refinerías de la UE, representando más del 10 por ciento de la capacidad de la comunidad europea. En este aspecto, “las refinerías evolucionarán hacia hubs multienergéticos adaptados para la producción de combustibles renovables”, afirmó Cuesta. Al mismo tiempo, la industria del biorrefino “ofrece oportunidades de desarrollo sostenible en el mundo rural”, aseguró.

Solución de presente y futuro

La jornada contó también con la participación de Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic, que recordó que en el transporte “queremos el máximo número de alternativas posibles en el proceso de descarbonización del sector”. Valdivia destacó la importancia del transporte por carretera en el desarrollo económico del país, por lo que pidió apostar por los combustibles renovables como una solución de presente y futuro, ya que “sería impensable que le pongamos barreras a la capacidad de exportación de España”, alertó.

El vicepresidente de Astic insistió en que la de los combustibles renovables “nos parece una solución buena, rápida y efectiva”, para lo que “un mejor tratamiento fiscal sería un empujón importante”. Además, “si no lo hacemos nosotros, otros sí que lo van a hacer” y “si no empezamos pronto, podemos llegar tarde”, advirtió. Valdivia también recordó que uno de los principales objetivos de España es lograr alcanzar un 20 por ciento del PIB basado en la industria y “con los combustibles renovables tenemos una magnífica oportunidad”.

Por su parte, Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), incidió en que en el caso de la aviación, la única alternativa para la descarbonización es el combustible renovable, conocido como SAF. “La ventaja del SAF es que es una tecnología que ya existe, se puede utilizar sin modificaciones en los aviones actuales o en los aeropuertos”, apuntó. Actualmente, los aviones están habilitados para utilizar hasta un 50 por ciento de SAF, pero Airbus y Boeing trabajan para ampliar este porcentaje hasta el 100 por ciento en los próximos años.

La apuesta por los combustibles renovables permitirá que “España pueda convertirse en un campeón mundial en la producción y exportación energética”, destacó Gándara. Actualmente, el 90 por ciento de la producción mundial de queroseno proviene de 22 países, mientras que en el futuro, “España puede disponer de entre 30 y 40 plantas de producción de SAF que nos permitan exportar”. Por eso, “la apuesta por los combustibles renovables la vemos como una cuestión de país”, insistió.

A su vez, José Luis Cabo, subdirector general de Hidrocarburos y Nuevos Combustibles del Ministerio de Transición Ecológica, reconoció que “los combustibles renovables tienen un papel esencial, sobre todo en lo que se refiere a la descarbonización de la movilidad”. En esta línea, “la descarbonización del transporte pasa por la combinación del uso de biocarburantes avanzados y de la electrificación”, apuntó. Cabo anticipó que reforzarán la normativa española de fomento de biocarburantes.