Estos reconocimientos son una gran recompensa para un proyecto asociativo que nace de un esfuerzo colectivo
La Certificación del Cargador Responsable (CCR) ha recibido el Premio CEL 2024 al mejor proyecto de logística sostenible este mes de diciembre, justo hace unos días. También recibió en junio el Premio 10 a la excelencia en logística y transporte, otorgado por Cadena de Suministro. La certificación CCR, basada en el estándar global “IRU-GSA-ITF Charter” de mejora de las condiciones de los conductores en los puntos de carga & descarga (creado conjuntamente por transportistas, cargadores y sindicatos de conductores), confluye con la nueva Directiva Europea CS3D que legitima los pilares de la nueva mirada empresarial sobre la logística del futuro: ética y resiliente, además de sostenible.
Estos reconocimientos son una gran recompensa para un proyecto asociativo que nace de un esfuerzo colectivo cohesionado a través de muchos colaboradores, internos y externos a Transprime Spanish Shippers’ Council (SSC), a quienes agradecemos enormemente su franca cooperación y vocación de sumar, sumar y sumar. Ellos han tenido la honesta vocación de crear y propagar una nueva frecuencia logística que estimule la mejor versión de las empresas cargadoras que, mediante la acreditación voluntaria de un comportamiento logístico ético y excelente, confluyan en la intención de conducir la logística hacia un escenario resiliente, donde los actores principales y los cargadores estén configurados a prueba de futuro.
“El Conductor al Frente”, ¡Gracias! Javier Miranda, por crear este gran eslogan que nos ha agrupado a todos en una misma misión. Gracias a los miembros de los jurados por estimar el proyecto CCR. Gracias, Alberto Blanco y Carlos Díaz por vuestra incansable energía y conocimiento. Gracias a nuestros “early adopters” y fundadores de la certificación: Carburos Metálicos y Freixenet, que han permitido que sus modelos logísticos sirvan de referente para la mejora logística común. Gracias a Ramón Valdivia por el soporte incondicional y la legitimación de esta iniciativa que ahora está creando también la Certificación del Transportista Responsable (CTR).
Todo encaja, todo fluye y todo avanza con el anhelo de existir amablemente en conexión y armonía con todos los agentes del ecosistema logístico en una nueva manera de entender el mundo: la acreditación voluntaria CCR como vehículo de entendimiento logístico. Esta entrañable situación me remite a mis referentes, y me transporta a mi arcadia feliz, a una manera de obrar, similar a como lo hacen los habitantes del pueblo galo de Astérix. Ellos poseen una poción mágica que les aporta dos poderes: el primero y más visible, es la evidente fuerza física; el segundo, menos visible (pero más importante) es la resiliencia y asertividad para conectar de manera armónica y empática con la esencia de las personas, elementos y cosas que les rodean.
De esta manera, intuitiva y siempre acertada, escogen la mejor senda para ser y existir, a prueba de futuro, en acorde con su sentido común que transforma sus valores en estándares universales de conexión positiva.
Jordi Espín
jespin@transprime.es
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