No puedo aceptar una nueva convocatoria de paro
Escribo esta columna al límite del cierre de la edición con la persecución (amable) de mi editor, mientras estoy pendiente de la actualidad sin que haya actualizaciones más allá que sobrevivir a la logística en un bucle eterno de problemas y luchas.
Bill Murray, que estaba también en bucle “Atrapado en el Tiempo” en la famosa película de 1993, veía la misma marmota, pisaba los mismos charcos cada día y cometía los mismos errores, pero él no los concebía como tal, sino como su “supply chain” cotidiano que se repetía eternamente sin vivirlo como un presente activo, ni tampoco proyectando ningún tipo de futuro constructivo. Era un presente anodino solo conducido por su piloto automático en que el conductor, él mismo, era una víctima directa de la cotidianidad más pueril. Darse cuenta y cambiarlo era la clave para la solución.
¿Otro paro? ¿Más quejas reiteradas, denuncias y culpas a repartir? No puedo aceptar una nueva convocatoria de paro después de toda la nueva e ingente normativa que ha acontecido, que los cargadores hemos incorporado y de la que estamos todavía en plena digestión de su aplicabilidad operativa y contractual. Pero esta vez, los principales agentes del sector del transporte, igual que Bill Murray, han reaccionado al presente para constatar que es constructivo y que ha cambiado ¡Yes! ¡Bravo! Han salido en tromba y sin fisuras a explicar que el presente es edificante, y que el paro se rechaza, en una conjunción de voces diferentes que se afinan en un mismo tono de rechazo al paro. Pues manos a la obra; ahora debemos hablar del elefante que tenemos en la habitación y del que nadie quiere hablar: que los cargadores están ausentes de las negociaciones y que no existe mesa de negociación alguna. Los cargadores tenemos que estar en las negociaciones pendientes con los transportistas y el MITMA. Marmotas ya no, ahora son elefantes.
Jordi Espín
jespin@transprime.es
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