Editorial  | 

El ferrocarril se estanca

La tarta del negocio sigue siendo la misma; más comensales sobre la mesa para repartirse el mismo menú.

El monopolio de Renfe Mercancías, vigente hasta hace tan solo dos décadas, ha pasado a mejor vida. La pública sigue ostentando la mayor cuota de mercado en el negocio ferroviario de mercancías, pero sus competidores han logrado arañar porciones cada vez más grandes del pastel. Desde ese punto de vista, el negocio se ha democratizado, con la presencia de una oferta múltiple. El cliente del tren de mercancías, ya sean operadores multimodales, cargadores, operadores logísticos o transportistas por carretera, tiene más elementos de juicio a la hora de decidirse a apostar por este tipo de transporte. Sin embargo, la realidad demuestra que la tarta del negocio sigue siendo la misma. No crece. Hay más comensales sobre la mesa para repartirse el mismo menú.

El interés del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible sigue siendo el de impulsar el ferrocarril de mercancías, para lo que se han destinado fondos para la renovación del parque móvil y también vía ‘ecoincentivos’ a la oferta. Desde el sector se sigue insistiendo en la necesidad de poner en marcha un plan de Estado sobre esta cuestión, que aúne iniciativas de carácter estructural, más que coyunturales. No hay que olvidar que los ‘ecoincentivos’ nacieron con una expectativa de vida de tres años y que no se ha anunciado ninguna prórroga por el momento. Además, organizaciones como la patronal de los operadores intermodales UOTC o la Comisión de Intermodalidad del Consejo Nacional de Transportes del Ministerio abogan por la constitución de una oficina o unidad de fomento de la intermodalidad en el seno de la cartera que ahora dirige Óscar Puente.

Es hora de tomar decisiones.