El tráfico ferroportuario se posiciona con un volumen mensual de 20.000 TEUs, frente a la fuerte caída de los flujos por carretera, fruto de la decisión de las navieras de consolidar en los trenes una mayor cuota de tráficos de importación por el enclave.
La tendencia del crecimiento del intermodal en el puerto de Valencia se mantiene. La cuota del tráfico ferroportuario ha evolucionado en un año del 6,4 por ciento al 8 por ciento. Los responsables de este crecimiento, cifrado en un 6,4 por ciento más en el periodo enero-agosto respecto a los flujos de idéntico periodo del pasado año, son las navieras.
“Las líneas de contenedores han cambiado su posicionamiento sobre el negocio terrestre ya que cada día ofrecen más servicios a sus clientes en la logística end to end”, detalla a Transporte XXI un directivo de una compañía ferroviaria. Y añade: “en Valencia estamos creciendo en un festival de obras, donde nos vemos obligados a duplicar esfuerzos, pero, a la vez, estamos logrando el hito de crecer con una infraestructura que sigue demostrando que aún tiene capacidad para estirar los volúmenes transportados”.
Y con ello, los datos oficiales de la Autoridad Portuaria, que preside Joan Calabuig, revelan un flujo de 157.572 TEUs acarreados por tren en los ocho primeros meses de 2023, lo que viene a suponer un volumen mensual de 20.000 TEUs. De seguir esta tendencia, el puerto cerraría el año por encima de los 264.000 TEUs, muy por encima de los 236.142 TEUs que se gestionaron en las terminales en 2022, un año que ya fue de marcada tendencia positiva para el intermodal, cerrado con un crecimiento del 10 por ciento.
Una tendencia que contrasta con los malos resultados del transporte por carretera, cuyos volúmenes están lastrados en un 15 por ciento respecto a los datos del periodo enero-julio del año pasado. Pese a ello, la carretera lidera ampliamente la oferta de transporte del enclave, con un movimiento generado de 1.269.989 TEUs, cifra que supone un descenso más de 200.000 viajes respecto al pasado año.
La estrategia de los corredores libres de carbono empieza a cobrar protagonismo en el catálogo de servicios de las navieras y de varios operadores logísticos y transitarios que han empezado a subir contenedores en los trenes de contenedores que se operan en las terminales del puerto valenciano.
El objetivo y la prioridad de varios cargadores es consolidar una cadena logística sostenible para lo que el ferrocarril está llamado a ser una pieza clave mientras la carretera afronta la descarbonización con una transición energética que aún impide, por precios, ofrecer un transporte con cero emisiones desde los puertos.
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