Carretera  | 

Flota más limpia, aparcada

Más del 60% de las empresas de transporte descartan el camión ‘verde’ a la hora de renovar su parque, según una encuesta promovida por AGTC y realizada por la Fundación Quijote para el Transporte.

Las empresas de transporte por carretera siguen apostando mayoritariamente por el vehículo diésel en lugar de por el camión ‘verde’ a la hora de renovar o ampliar flota, según un estudio promovido por AGTC, la territorial de Fenadismer en Cataluña, y realizado por la Fundación Quijote para el Transporte, vinculada también a la federación transportista.

El año pasado fue un buen ejercicio para empresas y autónomos.
La encuesta demuestra que el sector no vive de espaldas ni al barco ni al tren.

El análisis, con financiación de la Generalitat, se basa en una encuesta a 300 profesionales del sector. El 65,28 por ciento de los encuestados no tiene previsto renovar flota incorporando vehículos híbridos, eléctricos, propulsados por GNL o hidrógeno.

“Es un dato preocupante siendo necesaria la transformación del sector hacia las nuevas tecnologías”, señaló Carlos Folchi, secretario general de AGTC y presidente de Fenadismer. Ello es debido, a su juicio, a “la inseguridad” sobre la tecnología definitiva para la transición energética del sector, al “elevado coste” de los vehículos ‘verdes’ y a la “falta de apoyo de las administraciones”.

Para el 25 por ciento de los encuestados, no es prioritaria la descarbonización. “Las asociaciones debemos centrarnos en ese 25 por ciento para hacer pedagogía”, instó Carlos Folchi. El análisis pone de relieve la “dicotomía entre las soluciones de la CE (para la transición energética) y la realidad del sector”. Y es que mientras Bruselas promueve el vehículo eléctrico, y es hacia donde van dirigidas la mayoría de las ayudas públicas, el sector no considera viable esta solución. Para los encuestados, el vehículo eléctrico es la tecnología menos viable a corto y medio plazo para la descarbonización. La más viable es el vehículo híbrido (diésel/eléctrico).

La falta de incentivos por parte de las administraciones y de puntos de carga son, por este orden, las principales barreras para la descarbonización. En cuanto a las medidas logísticas para reducir la huella ambiental del transporte, la primera es la optimización de rutas y cargas y la segunda, la intermodalidad.

Precisamente, la parte de la encuesta realizada solo a transportistas con sede en Cataluña demuestra que el sector no vive de espaldas ni al tren ni a barco. El 81 por ciento coincide en destacar la importancia de los puertos de Barcelona y Tarragona como nodos de transporte para impulsar la descarbonización y el 84 por ciento considera que el Corredor Mediterráneo contribuirá a reducir el impacto ambiental de la carretera.