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Fondos UE

Defiendo la existencia de un tejido empresarial sólido para poder acceder a los fondos UE de forma eficiente

Ya llevamos escuchando la dulce y prometedora serenata de los fondos europeos desde hace tiempo. Puede sonar esperanzador para mi querido sector del transporte de mercancías por carretera, pero nada más lejos de la realidad. Nos dicen que, dentro del Plan de Recuperación para Europa, o popularmente conocido como los fondos europeos Next Generation (que, para refrescar la memoria, fueron aprobados por el Consejo Europeo el pasado mes de julio, como fondo de recuperación masiva de 750.000 millones de euros, para apoyar a los Estados miembros afectados por la pandemia de la COVID-19), habría una parte destinada al sector, pero no queda muy claro dónde está esa parte concreta.

En este entramado comunitario, la transparencia deja mucho que desear con respecto al tejido empresarial del transporte por carretera. Sí queda patente, por el contrario, la voluntad de Bruselas de seguir apostando por la energía eléctrica y la movilidad de personas. Pero, ¿qué hay del transporte de mercancías por carretera? ¿Una vez más se produce amnesia colectiva, cuando tres cuartas partes de los bienes y productos circulan por el asfalto europeo, y el 49 por ciento del empleo del transporte europeo, es generado por el terrestre?

Tampoco está bien definido que digamos el acceso a las ayudas económicas, pues resulta ser un proceso enmarañado, donde los gobiernos europeos, estatales, regionales y locales pueden desempeñar el papel de entidades acreedoras. Es aquí donde se echa en falta, una vez más, la existencia de un tejido empresarial de mayor tamaño y cohesión dentro del sector, pues la atomización de compañías es uno de sus talones de Aquiles: más de 50.000 microempresas con un solo vehículo. Y como puede llegar a imaginar el lector de estas líneas, acceder a las ayudas económicas, con esta coyuntura, resulta francamente una quimera.

Frente a ello, defiendo, por enésima vez (la verdad es que ya he perdido la cuenta), la existencia de un tejido empresarial sólido y unido para poder acceder a esta financiación de forma eficiente, así como poder afrontar con éxito los diversos retos que sobrevuelan en su horizonte más próximo: la transformación digital, la descarbonización y la recuperación económica.

Ramón Valdivia

rvaldivia@astic.net