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Hachazo al gas natural

Digamos la verdad, hoy en día, ser verde resulta carísimo

El precio de los combustibles fósiles vuelve a incrementarse en 2022, con el gas natural comprimido (GNC) a la cabeza. Llenar un depósito es un 128,3 % más caro que hace un año, motivado por la subida del precio del barril de petróleo y los enormes impuestos que tenemos que pagar.

Este incremento, que según la OCU se traduce en un salto del precio por litro de GNC de los 0,845 euros de 2021 a los 1,929 euros de 2022, desincentiva de nuevo el uso de combustibles menos contaminantes. Lo que parecía una interesante alternativa para las empresas que quisieran renovar su parque de vehículos, contribuir a reducir la huella de carbono, aumentar la autonomía de su flota, minimizar costes y beneficiarse de la etiqueta ECO de la DGT, es ahora una opción imposible de asumir por sus disparatados precios.

La logística y el transporte están concienciados con el impulso de medidas que contribuyan a la descarbonización del sector, pero no podrán acometer este reto sin el respaldo de las administraciones públicas. Se necesita un plan de medidas en materia energética, que incluya la reducción de impuestos y el impulso de ayudas que favorezcan el uso de vehículos de energías alternativas.

Digamos la verdad, hoy en día, ser verde resulta carísimo. Para la consecución de este objetivo es necesario, además, un plan coordinado de establecimiento de puntos de suministro de combustibles menos contaminantes. UNO identificó recientemente ante la ‘Mesa de la Comisión sobre Seguridad Vial’ del Congreso la necesidad de incrementar la infraestructura de recarga pública, especialmente en rutas de reparto, para vehículos eléctricos y estaciones de suministro de GNL y GNC, que sean accesibles para los distintos operadores. El objetivo es agilizar los modos y tiempos requeridos en la actualidad para la operación de recarga.

Francisco Aranda

presidencia@unologistica.org