Revolera  | 

La revolución ‘verde’ de Timmermans

Uno de los mayores retos del transporte: ¿cómo ser eficientes y competitivos al tiempo que reducimos nuestras emisiones?

Seguimos de “resaca” tras la celebración del primer Día Mundial del Transporte Sostenible. La ONU ha reservado el 26 de noviembre para reconocer estas actividades, imprescindibles para garantizar el flujo de mercancías y la libre movilidad de las personas, sin olvidarse del apellido “sostenible”. Uno de los mayores retos a lo que se enfrenta el transporte: ¿cómo ser eficientes y competitivos al tiempo que reducimos nuestras emisiones? Una pregunta que me gustaría formularle a Frans Timmermans, arquitecto del Pacto Verde Europeo (firmado en 2019) con el objetivo de convertir a la UE (5,6% de la población mundial) en la primera región “climáticamente neutra” en 2050.

No sé si este político holandés, exvicepresidente ejecutivo de la Comisión y ahora líder de la oposición en su país a la cabeza de una alianza laborista-verde, fue realmente consciente de que con este paquete legislativo, que pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un cuarto durante esta década, estaba cambiando radicalmente las reglas del juego económico de todo un continente. Una revolución ‘verde’ que en su día arrasó con la ciudad minera de Heerlen, en la que pasó parte de su infancia, cuando en 1975 decidieron cerrar todas las minas de carbón estatales. Los negocios quebraron, las familias se empobrecieron y hasta gran parte de sus ciudadanos acabaron enganchados a la heroína, ganándose el calificativo de “ciudad más fallida de los Países Bajos”, tardó casi 20 años en resurgir de sus cenizas.

La historia de Heerlen es una advertencia. El riesgo de que se repita una y otra vez en toda Europa es muy real si los legisladores comunitarios no son capaces de conjugar las políticas climáticas con la realidad económica y social de sus Estados miembros.

Ramón Valdivia

rvaldivia@astic.net