Es casi misión imposible la captación de expositores cuando hasta el SIMO, la gran feria tecnológica, se ha suspendido. Por ello hay que alabar que la organización haya decidido contra viento y marea no tirar la toalla y mantener la convocatoria
Es casi misión imposible la captación de expositores cuando hasta el SIMO, la gran feria tecnológica, se ha suspendido. Por ello hay que alabar que la organización haya decidido contra viento y marea no tirar la toalla y mantener la convocatoria
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