La entrevista  | 

Mercè Conesa

Presidenta de la Autoridad Portuaria de Barcelona

“Nuestro objetivo no es repartir dividendos, sino actuar como palanca económica”

“Lograr que los tráficos se estabilicen será difícil antes del último trimestre del año” y no será “hasta 2022 cuando lleguemos a los niveles de actividad de 2019”, señala Mercè Conesa, presidenta de la Autoridad Portuaria de Barcelona. El Real Decreto de ayudas al sector “son medidas positivas, pero su redactado hace muy compleja la aplicación práctica”. La Autoridad Portuaria “tiene músculo para aguantar más rebajas de tasas”.

Interior CONESA 005– ¿Qué horquilla de bajada de tráficos barajan para 2020?

– En estos momentos es muy difícil hacer predicciones porque hay que trabajar con diferentes escenarios futuros. La pandemia no ha terminado y no sabemos cuándo va a estar totalmente controlada. La recuperación del comercio internacional y, por tanto, de los flujos de transporte, depende mucho de cómo evolucione la pandemia en las diferentes partes del mundo.

– ¿Qué impacto prevé que tenga en la cuenta de resultados?

– Antes de la declaración del estado de alarma, el Port de Barcelona empezó a diseñar importantes medidas económicas que permitieran frenar el negativo impacto que la crisis sanitaria iba a provocar en la economía. Estas medidas se han ido ampliando y adaptando a las necesidades de las empresas de la comunidad portuaria. Con este plan de choque de medidas económicas estamos poniendo a disposición del tejido empresarial 56 millones de euros para ayudar a aguantar el golpe de la pandemia.

– ¿Con qué medidas?

– Por un lado, inyectamos liquidez en el mercado al avanzar pagos a proveedores o retrasar cobros a nuestros clientes. Por otro, la rebaja de tasas hará que nuestros clientes tengan un ahorro de costes, aunque a nosotros nos supondrá dejar de ingresar unas cantidades de dinero importantes. Sin embargo, tenemos muy claro que los puertos somos motores económicos esenciales y disponemos de una capacidad importante para impulsar la generación de negocio en nuestro hinterland. Nuestro fin no es repartir dividendos, sino actuar como palanca impulsora de la economía. Y es lo que estamos haciendo. Es obvio que la rebaja en los ingresos que tendremos este año como resultado de las medidas de choque afectará a nuestros resultados de forma significativa, aunque esperamos que sigan siendo positivos.

– ¿Cómo afectará a la cuenta de resultados las medidas de choque?

– El nivel de incertidumbre es todavía elevado y es complicado hacer previsiones. Pero, según nuestros cálculos, el resultado de explotación podría bajar de los 40 millones de euros del año pasado a unos 14 millones de euros en 2020.

PLAN DE CHOQUE
El resultado de explotación podría bajar de los 40 millones en 2019 a los 14 millones en 2020

 

– ¿Cuándo volverán los tráficos prepandemia?

– Lograr que se estabilicen los tráficos será difícil antes del último trimestre de este año. Durante 2021 se podría producir el inicio del crecimiento pero, según nuestros cálculos, no sería hasta 2022 cuando lleguemos a los niveles de tráfico de 2019.

– ¿La pospandemia puede atraer un incremento de flujos de short sea shipping en detrimento de tráficos transoceánicos por la relocalización de los centros de producción?

– Este es uno de los elementos que están en el tablero de juego y que todavía no está claro si sucederá o no. Pero no es el único. De lo que estoy convencida es de que el sector logístico es clave en cualquier situación y suele ser un buen termómetro para medir la evolución de la economía a futuro. Su capacidad de adaptación le permite responder rápidamente a las necesidades que se crean en diferentes escenarios y confío en que esto es lo que hará nuestro sector logístico para ganar oportunidades de negocio.

– Estaban preparando el Plan Estratégico 2021-2025, ¿han tenido que hacer borrón y cuenta nueva?

– El Plan Estratégico lo teníamos prácticamente cerrado, pero la COVID-19 ha hecho necesario que lo revisemos. Estábamos trabajando en la elaboración de nuestro Plan Estratégico 2021-2025 de acuerdo con un escenario VUCA que contemplaba hechos por todos conocidos: proteccionismo económico, guerra comercial entre China y Estados Unidos, impacto del ‘Brexit’, tendencia a la agrupación de la industria naviera y la jerarquización de la misma y las oportunidades del comercio electrónico, entre otros aspectos. En el diagnóstico del Plan Estratégico se contemplaba como causa desestructurante una posible pandemia, aunque no considerábamos el riesgo elevado. En esto, como es evidente, nos equivocamos. Pese a ello, nos supimos anticipar porque no menospreciamos los riesgos desde el momento en el que se tuvo noticia de la aparición del coronavirus en Wuhan.

– ¿Qué hicieron?

– Hicimos una previsión del impacto negativo que el paro de los puertos asiáticos iba a tener en los tráficos portuarios y preparamos la infraestructura para recibir la mercancía de Asia en el momento que los puertos chinos volvieran a operar con normalidad, lo que coincidió con el impacto del coronavirus en Europa. Antes del estado de alarma, elaboramos un Plan de Contingencia, con tres fases diferenciadas, que compartimos con la Comunidad Portuaria y las empresas concesionarias con el objetivo de garantizar, en cualquiera de las fases, el correcto funcionamiento de nuestras infraestructuras y servicios. Y lo hemos logrado. El Port de Barcelona no ha dejado ni un solo día de funcionar.

– ¿Cuál es la estrategia ahora?

– Para continuar siendo un motor económico y palanca de crecimiento, la estrategia se basa en tres ejes: reforzar el hinterland y la exportación, buscando tráficos estratégicos, fortalecer los lazos con Asia para ser gateway port y desarrollar una estrategia de nuevo suelo logístico.

PANDEMIA
Elaboramos un Plan de Contingencia, compartido con los operadores, antes del estado de alarma

 

– ¿Se atrasará la presentación del Plan Estratégico previsto para este verano?

– El nuevo Plan Estratégico 2021-2025 está en una fase muy avanzada. Cuando se detectó el coronavirus en Wuhan y la epidemia pasó a pandemia, iniciamos los trabajos para, digamos, inocular el virus en este plan, lo que nos permite ver de qué forma todo se ha trastocado y nos ayudará a dar respuesta a los nuevos interrogantes que aparecen en el escenario internacional. No habíamos concretado todavía la fecha para la presentación de este plan, pero confío en que no tardaremos mucho en darlo a conocer.

– Las inversiones públicas en 2020 se mantendrán, ¿se van a mantener las inversiones privadas?

– Efectivamente, nuestra idea es mantener nuestras inversiones, priorizándolas teniendo en cuenta criterios de eficiencia y de rendimiento social, ambiental y económico. Soy una persona optimista y me gustaría poder decir que las inversiones privadas también se mantendrán, pero no me corresponde a mí, sino a los operadores, anunciar cómo y cuándo van a invertir. Lo que sí puedo decir es que el Port de Barcelona tiende la mano a todos los inversores que quieran llevar adelante sus planes de desarrollo pese a lo complicado de la situación actual.

– ¿Hay riesgo de que la crisis económica deje en un segundo plano las políticas medioambientales?

– Al contrario. La creación de prosperidad es el objetivo último del Port de Barcelona y, para lograrlo, debemos ayudar al sector económico a ganar eficiencia, favoreciendo su competitividad y contribuyendo al desarrollo sostenible. Y en esta sostenibilidad, el medio ambiente es un factor clave. Pese a la gravedad de la situación actual, nuestro objetivo en materia medioambiental sigue siendo reducir más del 50 por ciento de las emisiones de CO2 hasta el año 2030 y ser un puerto neutro en emisiones en 2050.

– ¿Va a ser un revulsivo para avanzar hacia el smart port?

– El compromiso con un modelo smart es firme y viene de lejos. Muchos de los servicios relacionados con las cadenas logísticas en las que participa el puerto están digitalizados en su práctica totalidad. Portic es un buen ejemplo de ello. Pero, la digitalización no solo permite agilizar toda la operativa y garantizar la seguridad y eficiencia de la cadena de suministro, sino que en momentos de alarma como el actual, por un lado, da seguridad a las personas que intervienen en esta cadena y, por otro, nos ayuda a garantizar el funcionamiento de la infraestructura. Y ser un smart port no significa únicamente tecnología, smart port también es sinónimo de sostenibilidad, tanto económica como social y medioambiental.

– ¿Qué opina de las medidas acordadas por Puertos del Estado para ayudar al sector?

– Las medidas económicas que se han regulado por Real Decreto para favorecer la liquidez y reducir los costes de los concesionarios aglutinan las inquietudes de distintos puertos recogidas por Puertos del Estado. Y aunque se tratan de medidas muy positivas, el redactado del Real Decreto hace muy compleja su aplicación práctica, especialmente en lo que se refiere a la rebaja de la tasa de ocupación. Por eso, ahora estamos trabajando con Puertos del Estado para definir unas instrucciones más claras que faciliten la aplicación de dichas medidas.

AUTONOMÍA DE GESTIÓN
Los puertos deberían basar su estrategia en precios y no en tasas

 

– ¿Dan autonomía a las autoridades portuarias para modificar tasas?

– Esa era la idea originaria, pero tal y como está redactado el Real Decreto deja muy reducido el margen de maniobra.

– ¿Hay margen para rebajar todavía más las tasas?

– Hay que ser prudentes. Vamos a aplicar las rebajas que ahora nos permite la Ley y después veremos. El Port de Barcelona tiene músculo para aguantar más rebajas de tasas, pero esto no tiene por qué ser así en el caso de todos los puertos y no se puede poner en peligro la rentabilidad del sistema. Los puertos somos motores económicos y debemos dotar a nuestros concesionarios y clientes de las mejores herramientas para crecer. Pero esto nos obliga también a hacer inversiones elevadas. Hay que esperar a ver el resultado de las rebajas de tasas que ya están aprobadas, la evolución de los tráficos en los próximos meses y el resultado económico de los diferentes puertos del sistema.

– ¿Qué haría el puerto de Barcelona con más autonomía de gestión como viene reclamando?

– El Port de Barcelona lleva muchos años pidiendo un cambio del modelo de gobernanza de Puertos del Estado. Hay que lograr una mayor flexibilidad y autonomía para poder establecer las tarifas más adecuadas en función de nuestra tipología de tráficos o para tomar decisiones comerciales con suficiente rapidez para no perder competitividad frente a los grandes puertos europeos, como Róterdam o Hamburgo, competidores directos de Barcelona. En nuestro caso, intentamos adecuar las tasas y tarifas a nuestra política comercial y a los intereses de nuestros clientes, aún a pesar de las enormes restricciones que tenemos para ello. Los puertos deberían poder basar su estrategia en precios y no en tasas.

– ¿Teme que los accesos terrestres se volverán a atrasar al dispararse las necesidades de gasto público en servicios esenciales?

– Más del 50 por ciento de la inversión necesaria para construir los nuevos accesos terrestres, ferroviarios y viarios, al puerto corre a cargo de esta Autoridad Portuaria y, como ya hemos anunciado, nuestra intención es mantener las inversiones previstas. Y los accesos son absolutamente prioritarios.

– ¿Ya ha intercambiado impresiones con el nuevo presidente de Puertos del Estado?

– Por supuesto. Y a menudo. El Port de Barcelona siempre ha apostado por el trabajo conjunto con otros puertos porque entendemos que el intercambio de experiencias y conocimientos es básico para encarar el futuro con garantías. Y este es un aspecto especialmente importante en momentos complicados y llenos de incertidumbres como es el actual. Con Puertos del Estado y con los puertos españoles mantenemos contacto diario, con varios canales abiertos donde la comunicación es continua.

El personaje

Vida: Nacida en Terrassa (Barcelona) en 1968.

Obra:  Es licenciada en Derecho por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y máster en Derecho y Gestión Pública por la Universitat Pompeu Fabra. Era profesora de Derecho Administrativo en la UAB cuando entró en la política como consejera de Consell Comacal del Vallès Occidental. Ha ocupado diversos cargos de responsabilidad en la Administración local hasta llegar a ser elegida alcaldesa de Sant Cugat (Barcelona) y presidenta de la Diputación de Barcelona cuando fue nombrada al frente de la Autoridad Portuaria el 3 de julio de 2018. Es miembro de los consejos de administración de diversas empresas públicas.

Milagros: Liderar un equipo de profesionales que reman en un solo sentido para que el enclave portuario sea motor económico y fuente de riqueza para la sociedad, estando tanto a las duras como a las maduras.