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Paradoja

El objetivo último de las ITV queda en agua de borrajas ante las demoras para pasarla

La ITV no es solo un trámite administrativo: es un mecanismo de prevención vital para reducir accidentes, mejorar la seguridad vial y proteger el medio ambiente. Mantener el vehículo en condiciones óptimas y pasar la ITV en los plazos establecidos es una responsabilidad individual con un gran impacto colectivo. El texto anterior no son palabras propias, ha sido generado por IA. Un texto que viene al pelo para evidenciar la contradicción que suponen los cuellos de botella de las ITV para pedir cita que sufren los transportistas, sobre todo catalanes (de Barcelona y su área metropolitana) y valencianos.

Los profesionales asumen “su responsabilidad individual con gran impacto colectivo” de pedir hora cuando toca para pasar la revisión técnica. Pero, hay una dejación de responsabilidades por parte de las Administraciones autonómicas, las competentes, cuando las esperas se eternizan por falta o mal funcionamiento de las estaciones. Ello obliga a los vehículos pesados a circular con la ITV caducada, con lo que queda en agua de borrajas  (mientras dura la espera) el “mecanismo de prevención vital para reducir accidentes”. La situación no es nueva, se arrastra desde la pandemia (o antes), las Administraciones están completamente al caso y, hasta la fecha, han hecho oídos sordos.

El sector teme, y con razón, que la situación vaya de mal en peor con la posibilidad de modificar la ficha técnica de los vehículos para transportar las 44 toneladas, que se lleva a cabo en las ITV.  Aunque sea competencia autonómica, como señala Fenadismer,  el Ministerio de Industria debería tomar cartas en un asunto nada baladí que afecta a la seguridad vial.

Eva Mármol

barcelona@grupoxxi.com