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Productividad

Será mejor que nos focalicemos en lo importante, que es mejorar nuestra productividad

España es uno de los países que más preocupa en Bruselas. El Banco de España ha confirmado hace solo unos días que los beneficios empresariales se han desplomado este año un 71 por ciento. En conjunto, el tejido productivo registra pérdidas por primera vez desde el año 2002. Las previsiones de la UE apuntan a un desplome económico: una caída del 12,4 por ciento en 2020, con la deuda al alza. Sube el desempleo y tenemos además 700.000 personas en ERTE cuya vuelta a sus puestos de trabajo va a ser difícil. Y en este entorno, una parte del Gobierno en vez de abordar ayudas para las empresas, mejoras en flexibilidad laboral o reducciones de impuestos, coloca encima de la mesa la inoportuna ocurrencia de reducir la jornada laboral por decreto. Otra iniciativa en línea con esa manía de querer inmiscuirse en la gestión de las empresas.

Nuestro tejido productivo ahora está focalizado en mantener la actividad y salvaguardar el mayor número de puestos de trabajo. Al mismo tiempo, estamos afrontando la transformación digital que se nos ha acelerado en más de cuatro años y que nos exige inversiones y cambios en los procesos. Por eso, entendemos que no viene a cuento generar ahora un ruido alrededor de la semana laboral de cuatro días.

Pero además, se trata de una norma que solo generaría más paro porque llevaría a muchísimas empresas a la quiebra debido a que no podrían asumir la subida de costes al tener que incrementar el número de contrataciones. Francia, que redujo su jornada laboral hasta las 35 horas, ha visto que muchos trabajadores han acabado trabajando las mismas horas, pero con la diferencia de que esas horas pagadas ahora computan como horas extraordinarias. La reducción de jornada tendría que ser voluntaria y venir de la mano de aumentos de productividad. Ese debe ser el gran reto común.

Nuestros niveles de productividad laboral, entendidos como PIB por hora trabajada, están en niveles inferiores a la media de la UE y son la asignatura pendiente de nuestra economía. Por lo tanto, será mejor que nos focalicemos en lo importante, que es mejorar nuestra productividad, porque fruto de ello las empresas serán más competitivas, se podrá generar más empleo y mejoraremos los niveles de bienestar de nuestra sociedad.

Francisco Aranda
presidencia@unologistica.org