Nuestras empresas y los departamentos de logística de los principales ‘retailers’ sacan matrícula en términos de adaptabilidad
Desde principios de este año, los grandes buques que transitan por el canal de Panamá, que mueve alrededor del 3,5% del tráfico mundial, se han visto sometidos a importantes restricciones debido a la pérdida de profundidad de sus aguas por la sequía. Esta circunstancia ha vuelto a poner en jaque al transporte marítimo (que mueve alrededor del 80% del tráfico global), y está provocando que las grandes cadenas logísticas estén valorando una replanificación de las rutas por si esta situación se mantiene o agrava en el tiempo.
Este nuevo revés ha obligado a limitar a 32 el número máximo de buques por día que pueden acceder al Canal, y ha encarecido los fletes hasta un 30%, lo que exigirá reducir la capacidad de los barcos o buscar nuevos itinerarios, alargando más los tiempos de entrega.
Por suerte, nuestras empresas y los departamentos de logística de los principales retailers sacan matrícula en términos de adaptabilidad y ya llevan años trabajando con la ingeniería y recursos tecnológicos necesarios para identificar rutas y lugares de aprovisionamiento que les permita anticiparse al problema, evitar el desabastecimiento de materias primas y garantizar que el cliente final no sufra las consecuencias. Para tranquilidad de los consumidores españoles, cabe señalar que los portacontenedores que transportan la mayor parte de los productos que consumimos en nuestro país están operados por compañías que reservan el acceso al Canal hasta con un año de antelación, y estos tránsitos no están sufriendo largas esperas. En todo caso, hay que ser cautos y confiar en que no se trate de un problema estructural, que llegue a afectar gravemente al comercio mundial a las puertas de citas clave para nuestro sector, como el Black Friday y la Navidad.
Francisco Aranda
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