Revolera  | 

‘TripartiDa’

Una mesa no compartida, sino partida en tres no se tiene en pie por mucho tiempo

Hace pocos días participé en la presentación de un informe prospectivo sobre el futuro del transporte de mercancías. En él se han utilizado técnicas de sondeo que permiten obtener valioso conocimiento a partir de los datos y respuestas aportados por todos los estamentos que pueden estar implicados. Tratándose del transporte, ese “todos” no deja fuera a prácticamente nadie. Todos los usamos, de un modo u otro. Pero mientras los que allí estábamos tratando de transmitir sus principales conclusiones, no dejaba yo de sentir cierto desasosiego porque, frente a esta ventana al futuro, se nos acababa de cerrar la puerta de la famosa “mesa tripartita” de negociación entre cargadores, transportistas y Administración. De este tipo de fracasos, no es que este sea el primero. Los ha habido y los habrá, me temo, mientras busquemos “victoria” en vez de acuerdo y mientras no cambie la percepción de que el transporte es un “mal necesario” cuyo impacto en las cuentas de gastos hay que minimizar a toda costa. Si eso persiste, creo que habrá pocas posibilidades de construir una sana relación entre quien entrega el servicio y quien, al utilizarlo, está obteniendo una forma muy eficiente de hacer crecer sus posibilidades de conquistar mercados tan distantes y dispersos como se quiera.

En el eslabón más importante de esa cadena de distribución y suministro está, precisamente, el conductor profesional. Una figura en vía de extinción, acosada por la búsqueda cortoplacista de reducción de gastos que ha convertido en obligación casi indiscutible que, siendo un experto en manejar vehículos sofisticados y en recorrer miles de kilómetros sin novedad, el conductor deba, además, cargar y descargar, ejerciendo funciones propias de otras profesiones, usando medios que no son el suyo y siguiendo instrucciones que nada tienen que ver con las que le son propias.

Una mesa no compartida sino partida en tres no se tiene en pie por mucho tiempo. Resulta chocante que se puedan estimar como “rentables” comportamientos eminentemente cortoplacistas sin atender a las consecuencias a medio plazo. Aún más incomprensible me parece que la Administración parezca no percatarse de ello y omita actuar decididamente para sellar las grietas en lugar de “documentarlas”.

Ramón Valdivia

rvaldivia@astic.net