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Urge un plan

Las empresas necesitan certidumbres y herramientas reales para poder planificarse

Una de las grandes lecciones de la pandemia es que nuestra economía necesitaba reformas de calado. Llegamos tarde y ahora esas reformas son muy urgentes. Necesitamos, al igual que han hecho otros países del entorno como Francia, un plan de reactivación económica, con medidas concretas, compromisos de plazos realistas y dotación presupuestaria.

El país vecino se ha comprometido a reducir la fiscalidad, introducir medidas que doten de más competitividad a las empresas y que lo hagan más atractivo para las inversiones. Esa es la mejor forma de favorecer la cohesión social. Medidas de ese tipo son las que necesita nuestro tejido empresarial con mucha premura.

La crisis ha provocado un cambio de paradigma en el consumidor y en solo tres meses hemos experimentado una transformación prevista para cinco años. Al menos, en nuestro sector. Las empresas de logística, como planificadores y gestores de toda la cadena de suministro, se encuentran en una situación especialmente compleja porque, por un lado, han reducido a la mitad su actividad más rentable, la vinculada a los grandes volúmenes. Pero, por otro, ha crecido el comercio electrónico, un ámbito que requiere de una alta sofisticación y que exige fuertes inversiones en nuevas tecnologías para ser rentable.

Las empresas se enfrentan a muchas incertidumbres y a los obstáculos que suponen para la recuperación los anuncios que se realizan desde el Gobierno de medidas laborales que van en la línea de imponer más rigidez o de políticas fiscales orientadas a subidas de impuestos. Tampoco ayuda que no sepamos si se renovarán los ERTEs hasta 48 horas antes de que caduquen.

Hay medidas que serían sencillas. En Alemania a los trabajadores de los ERTEs los recapacitan para salir reforzados y mejor preparados para una economía que está en plena transformación, dotándolos de más empleabilidad. Nosotros, en cambio, les ofrecemos un complemento de las rentas y mientras esperan tiempos mejores.

Otra medida de gran utilidad, si no queremos destruir tejido productivo, es la ampliación inmediata del periodo de carencia de los créditos ICO, para evitar un cuello de botella por las deudas cuando comience la recuperación.

Francisco Aranda
presidencia@unologistica.org